Carlos García desbanca a Sánchez Cabrera como presidente de la Diputación de Ávila
La moción de censura a Jesús Manuel Sánchez Cabrera salió adelante sin sorpresas con 12 votos a favor de diputados del PP más el del diputado de UPYD Carlos Moral
Isabel Martín
Ávila
Miércoles, 27 de marzo 2019, 19:41
El Pleno Extraordinario para debatir y votar la moción de censura al ya expresidente de la Diputación de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, concluyó con una nueva presidencia, la de Carlos García González, hasta ahora vicepresidente de la Diputación –y presidente del Partido Popular de Ávila-, que deseó «buena ventura» en lo personal al saliente y ha rechazado el uso de Cabrera «en beneficio propio» de la institución provincial.
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Doce de los trece diputados del Partido Popular han votado a favor de la moción de censura, excepto el popular Ángel Jiménez, que votó en contra. El decimotercer voto, necesario para que la moción prosperara, fue el de Carlos Moral, diputado de UPyD. El resto de los diputados optó por la abstención, incluido Jesús Manuel Sánchez Cabrera.
El pleno duró alrededor de una hora y media, sin respetar el tiempo establecido para cada turno de palabra y coincidiendo los grupos de la oposición en que en esta moción se estaba tratando un tema interno del Partido Popular. Carlos García, por su parte, defendió su candidatura a la Presidencia de la Diputación para devolver a la institución al gobernabilidad.
Por su parte, Jesús Manuel Sánchez Cabrera defendió los logros conseguidos por todo el equipo de Gobierno, del Partido Popular, asegurando estar «muy orgulloso de todos y cada uno» de los diputados y trabajadores de la institución provincial.
El diputado de UPyD que apoyó la moción negó que su decisión fuera a tener réditos políticos, asegurando que no se iba a presentar «bajo las siglas del PP» en las elecciones municipales. Hablando siempre en plural, Carlos Moral defendió su postura y la de su partido y dijo que «no podríamos abstenernos» y «mirar hacia otro lado» ante la manera de actuar de Sánchez Cabrera en sus «últimas acciones». Aun así, agradeció al todavía presidente su «buen trabajo» y la colaboración con su agrupación, así como el «apoyo a nuestras propuestas».
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El pleno comenzó con la composición de la Mesa de Edad, con los diputados populares José María García Tiemblo y Eduardo Duque Pindado –el de menor edad-. Gente de pie y en las dependencias contiguas al Salón de Plenos de la Diputación Provincial siguieron el acto con expectación, incluidos miembros de las diversas agrupaciones políticas; de forma destacada, simpatizantes del Partido Popular.
«Nos conocemos bien»
Tras leer el escrito presentado el pasado 13 de marzo y suscrito por los trece diputados que en este pleno secundaron la moción, por parte del secretario de la institución provincial, tomó la palabra Carlos García González, quien defendió su candidatura como nuevo presidente alegando que «no se somete a censura a un Gobierno provincial», sino a «un comportamiento poco respetuoso» e «impropio» del ideario político que hasta el 1 de marzo portaba Sánchez Cabrera –en referencia al PP-.
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En su discurso repitió las razones que llevaron al Grupo Popular a presentar la moción de censura, y le dijo a Sánchez Cabrera que «siempre» portará «la duda» de su comportamiento. García se refirió varias veces a la relación personal mantenida con el presidente saliente: «Usted y yo nos conocemos bien y estoy seguro de que en mi lugar hubiera hecho lo mismo», alegando a la importancia de «preservar y proteger» la imagen de la institución provincial.
«Usted –Sánchez Cabrera- es un arma arrojadiza en manos de quienes no defienden las diputaciones», dijo Carlos García, quien se comprometió a devolver a la Diputación la «normalidad» y la «gobernabilidad».
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«Paradoja»
El siguiente turno fue para Jesús Manuel Sánchez Cabrera, quien volvió a acusar al Partido Popular de presentar la moción «por el único motivo de haber dejado de pertenecer a su partido» y de querer «el poder por el poder», atendiendo a «intereses partidistas, mientras acusan a otros de utilizar las instituciones de forma personalista».
El presidente saliente aludió a la «paradoja» que supone que los diputados que presentaron la moción de censura sean los que fueron nombrados por Sánchez Cabrera fueran su equipo de Gobierno. «Lejos de cesarles, he mantenido la delegación en cada uno de ustedes en todas sus responsabilidades», argumentó.
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También criticó el «interés partidista» del Partido Popular por presentar una moción de censura «a seis días de la convocatoria de elecciones municipales», y se dirigió directamente a Carlos García para recordarle que «hubo un día en que ambos compartimos el anhelo de cambiar Ávila». «Ése era nuestro sueño», alegó Cabrera; «ahora sé que con el PP seguirá siendo eso».
El presidente saliente se emocionó al final de su intervención al recordar a su familia. «Para ellos han sido cuatro años de muchas ausencias, quizás demasiadas», dijo Sánchez Cabrera antes de concluir, entre lágrimas, su discurso.
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Las intervenciones de los portavoces de los grupos políticos distaron mucho de durar los tres minutos establecidos, especialmente la de Carlos Moral, quien aseguro que el «problema» lo había originado el Partido Popular y que la Diputación se estaba «viendo paralizada» por dicha situación.
El portavoz de Izquierda Unida, Santiago Jiménez, echó la culpa al Partido Popular de «todo lo que ha ocurrido» y aseguró que la moción de censura era una «pelea personal» para conseguir la presidencia de la Diputación.
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Alberto Becerril, portavoz de Ciudadanos, dijo estar de acuerdo con que el PP quería «el poder por el poder», palabras utilizadas por Sánchez Cabrera, de quien dijo que era «evidente» que tenía como «único interés» utilizar la Diputación como «trampolín para la Alcaldía» de Ávila. También calificó de «pataleta y de niño pequeño» la decisión el PP de presentar una moción de censura.
El portavoz del PSOE, Jesús Caro, defendió que el Partido Popular fuera quien gobernara la institución provincial, aunque también dijo que «los problemas internos de los partidos» deberían solucionarse en los propios partidos. «Este mandato empezó mal y termina peor», aseguró.
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Alba Moreno, de Trato Ciudadano, se estrenó como diputada provincial en este pleno, sustituyendo a Rubén Arroyo, aludiendo a la «inteligencia colectiva» y a la «debilidad institucional», asegurando que esta «crisis» fuera el «principio y el final» de la institución.
«Nada que ver» con la moción del 93
En varias ocasiones, durante el debate del pleno y los días previos, salió a relucir la primera moción de censura vivida en la Diputación Provincial de Ávila el 24 de abril de 1993. En ese momento gobernaba en la institución provincial Alfredo Barranco, del CDS, apoyado por el PSOE. La moción de censura también presentada por el Partido Popular terminó con la presidencia de Barranco, quien fue sustituido por Sebastián González con los votos a favor de 12 diputados del PP y el voto tránsfuga de un diputado del CDS, Benigno Rollán.
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Sebastián González ha vivido estas dos mociones de censura, la primera en 1993 como protagonista y esta segunda, como espectador. Para él, nada tienen que ver ambas mociones, ya que en la del 93 «fue para cambiar a un gobierno», mientras que en este caso ha sido «para cambiar a una persona».
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