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La Casa de Abraham Seneor luce en su fachada una inscripción que evoca a los capitanes Miguel y Federico de la Paz Orduña. / A. de Torre
URBANISMO E HISTORIA

Aquí vivió Carlos de Lecea...

La ciudad invita a conocer los lugares que marcaron la vida de algunos de sus figuras más ilustres

NACHO SÁEZ

Lunes, 17 de febrero 2014, 14:30

La historia de Segovia no solo está contenida en los libros, en la memoria de quienes han vivido en ella o en la transformación que han experimentado sus calles. Su evolución también está marcada por el legado que dejaron quienes trabajaron de una u otra forma para que prosperara. En todos los ámbitos: la educación, la cultura, la sanidad, la arquitectura, el comercio... Han sido muchos los personajes que han influido en el curso de la historia en la ciudad y que por ello merecen el reconocimiento de quienes hoy se benefician de todas los avances e ideas que introdujeron. A bote pronto, a cualquiera se le vienen a la cabeza multitud de nombres: Antonio Machado, Mariano Quintanilla, Ezequiel González, Andrés Laguna, San Juan de la Cruz, Ochoa Ondátegui...

Todos ellos cuentan con el homenaje y reconocimiento de la ciudad y prestan su nombre a centros educativos, calles o estatuas en su honor.

Esos emblemas sirven hoy para recordar su obra y les ponen de ejemplo ante el resto de la sociedad, que les glorifica. La historia de Segovia se escribe también a partir de ellos y por eso es tan importante que se conozca los pasos que dieron y dónde pasaron su vida. Dónde vivieron, dónde trabajaron, cuáles fueron sus principales aportaciones...

Hoy sería posible diseñar una ruta turística como las que se han impulsado en torno a la figura de Isabel la Católica que recorriese los edificios en los que transcurrió la vida de personajes ilustres de la historia de la ciudad. Para recordarles, un buen puñado de inmuebles lucen en sus fachadas placas que son testimonio de su paso y de su obra.

El Ayuntamiento no tiene una lista de cuántas hay, pero su concejala de Turismo y Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, enumera de memoria unas cuantas: en la plaza de Guevara, en el Arco del Socorro, en el Postigo, en la Casa de Abraham Seneor... Inmuebles de esos emplazamientos acogen en su cuerpo principal inscripciones que evocan el paso por ellos de personajes ilustres e incluso hechos relevantes.

Pero hay más y constituyen un material suficiente para que los visitantes e incluso los propios segovianos conozcan más en profundidad la aportación de figuras como Carlos de Lecea, Diego de Colmenares o Cirilo Rodríguez, entre otros personajes. La ruta por esta Segovia dibujada a través de sus nombres más célebres podría arrancar en la calle Escultor Marinas. En ella está la casa en la que nació «el insigne escultor Aniceto Marinas». «A quien la ciudad dedica este homenaje. Año MCMXLVII», reza en la placa situada desde 1947 encima del portal número 6 de esa calle Escultor Marinas, que hoy acoge numerosos comercios y edificios de viviendas.

Menos transitada está la calle Luis Felipe de Peñalosa aunque marca todavía la frontera del colegio de las Madres Concepcionistas, que en los próximos años se trasladarán a El Sotillo. En esa calle que lleva su nombre, Luis Felipe de Peñalosa y Contreras tiene dedicada una placa desde 1990, por parte de la Junta de Nobles Linajes de Segovia, en la que se recuerda que fue vizconde Altamira de Vivero y que «en su vida supo expresar la armonía de la claridad de su estirpe con la defensa del espíritu de la ciudad».

Un espíritu que también supo representar a la perfección el periodista Cirilo Rodríguez, fallecido el 15 de diciembre de 1989 y cuya memoria es recordada en una inscripción que decora la fachada de Radio Segovia, en la plaza que lleva su nombre. «A Cirilo Rodríguez, que inició su carrera en esta emisora, y a todos los hombres y mujeres que día a día, en el transcurso de estos 55 años, con su trabajo y dedicación lograron hacer entre los radioyentes su emisora amiga», resalta esa inscripción.

A muy pocos metros de ese lugar, en la plaza Guevara, en la fachada del número 4, el Consorcio Provincial de Monumentos dedicó una placa, que todavía hoy perdura, al que fue su presidente, Carlos de Lecea. El abogado y publicista segoviano vivió y murió (el 11 de noviembre de 1926) en ese inmueble de la plaza de Guevara.

En la calle Escuderos no murió pero sí nació Diego de Colmenares, cronista de Segovia, que da nombre al instituto situado junto a la plaza de Santo Tomás. Unos metros más abajo, en el paseo de San Juan de la Cruz, está el inmueble en el que vivió «el insigne educador Martín Chico y Suárez», según reza en la placa que preside la fachada del número 10. La ciudad de Segovia y sus discípulos le quisieron rendir un homenaje después de que falleciera en 1964, y hoy su figura también es recordada en un centro educativo en el barrio de San Lorenzo.

En aquellos años sesenta, la ciudad quiso agradecer también la aportación del escritor Ramón Gómez de la Serna, que declaraba entonces que «amo a Segovia y a ella dedico algunas de mis más bellas páginas». Así aparece recogido en una lápida colocada por la Jefatura Provincial del Movimiento en la fachada del edificio que hoy acoge la sede de la Junta de Castilla y León situada en la plaza de la Merced.

Hechos relevantes

Esas inscripciones que impregnan las fachadas algunos edificios de la ciudad también recogen en algunos casos hechos relevantes de diferentes épocas. Por ejemplo, en la calle Velarde, en unos apartamentos turísticos que acoge esta vía, se narra cómo «habiéndose sacado a la divina imagen de nuestra patrona la Virgen de la Fuencisla en procesión a causa de una plaga de la langosta y otras necesidades públicas del reino, el día 18 de mayo de 1807 se dignó su Majestad albergarse en esta casa interin cesada tan grande lluvia». Esta casa, recuerda, acogió a canónigos y señores, se renovó en 1870, se restauró en marzo de 1939 y se terminó de rehabilitar en 2012.

También en la calle Velarde, a la altura del número 26, destaca una inscripción en la que se revela que allí se ubicó la Casa de la Imprenta entre 1472 y 1972. Mientras, en el Arco del Socorro, otro lema pone de manifiesto que «en esta ciudad, creados por el ingenio del más alto humorista, don Francisco de Quevedo, nació el Buscón don Pablos, espejo de pícaros y gran tacaño, y tuvo su escuela el Domine Cabra».

Segovia fue también el lugar de nacimiento de «los heroicos capitanes de Artillería Miguel y Federico de la Paz Orduña, muertos dolorsamente en África en julio de 1921, frente al enemigo y en defensa de la Patria», según aparece recogido en la placa que les dedicó la ciudad el 5 de diciembre de 1923 y que hoy luce en la Casa de Abraham Seneor, que fue el inmueble en el que nacieron.

Mientras, en uno los inmuebles de la plaza de las Sirenas, falleció en el 11 de noviembre de 1632 el doctor Jerónimo de Alcalá, como recuerda una placa que la Universidad Popular Segoviana le dedicó en su tercer centenario al autor de la novela picaresca 'El donado hablador'.

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