El 'Desafío Everest' encumbra a la segoviana Virginia Martín

Han sido cinco intensas semanas de un frío terrible, han vivido en una altitud extrema y han dado lo mejor de sí mismos. De los diez aspirantes, solo cinco intentaron escalar la cascada de hielo en el 'Desafío Everest' que ha emitido la cadena Cuatro de la mano del televisivo montañero y aventurero Jesús Calleja. Cada uno de los participantes ha hecho su particular cima personal de superación, pero el solo podía haber un ganador. Y tal y como se desveló en la noche del domingo, esa ha sido la segoviana natural del Real Sitio de San Ildefonso, Virginia Martín.

El programa ha encumbrado el esfuerzo de esta menuda pero valiente joven de 27 años. Profesora de música, metro y medio de bravura y nervio. Como reza la presentación de la web del programa «a Virginia la define mucho su aspecto físico aniñado; es un pozo de sorpresas». La vencedora cuenta con un máster en terapia musical, es profesora de música, toca en la banda municipal de Segovia. Entre risas cuenta que el uniforme le viene grande. Y aún así le queda resquicios de tiempo para dar clases de fitness y ejercer de monitora de niños. El afán de superación y la capacidad de sacrificio demostrados a o largo de las pruebas le han llevado a la cima triunfal de 'Desafío Everest'.

La explosión de alegría cuando el jurado le comunicó que era la vencedora solo es comparable al detalle que ha tenido de regalar el premio por alzarse con el triunfo. Se lo ha dado a su compañera de sufrimientos y rival en esta aventura extrema que han seguido decenas de miles de espectadores por televisión. Gracias a este imprevisto presente que no estaba incluido en su lista de bodas otra joven y brava segoviana podrá disfrutar de una luna de miel que hasta ahora no había tenido.

En julio a Japón

Teresa García ha quedado cuarta en la edición de 'Desafío Everest', pero se siente en la cima, en el cielo. Viajará en julio a Japón con su pareja Sara gracias a la exhibición de generosidad de su paisana Virginia. El detalle emocionó al resto de concursantes y al equipo encabezado por el propio Jesús Calleja y todavía hace más grande la hazaña de cumplir con éxito este reto retransmitido por Cuatro.

La afortunada Teresa es fisioterapeuta y desde febrero vive en Madrid con su esposa. «Cuando Virginia me dijo que me regalaba el viaje me quedé alucinada». Aunque la del Real Sitio y a la postre triunfadora ya le había avisado durante las semanas de convivencia al límite que si ganaba le cedería el premio, ella le había insistido en que no. Pero al final «la muy cabezota se ha salido con la suya y ha cumplido», relata con cariño y agradecimiento infinitos.

Pese a que «hemos sufrido muchísimo y ha habido momentos muy duros», Teresa asevera que volvería a repetir la experiencia. Las últimas semanas ha guardado el secreto del desenlace del desafío. «Solo lo sabía Sara y mi madre, mi familia no tenía ni idea». La de callar el desenlace tan emocionante también ha sido misión complicada. «Cada domingo nos reuníamos en el bar Chambao que tienen otras chicas segovianas y lo seguíamos cómo si fuera un partido de la Champions, gritando y animando». Por fin, cuando este domingo emitió el final pudo dar rienda suelta a la celebración con amigos, familiares y otros compañeros de reto.

«Aprendes a ser tolerante»

Teresa saca varias lecturas de esta vivencia al límite, y todas positivas, incluso la del sufrimiento. «Era un reto muy difícil pero ha sido muy importante porque he aprovechado, por ejemplo, para empaparme de la cultura del budismo». También «conoces gente muy diferente porque nos juntan a personas que no tenemos nada que ver y aprendes a ser tolerante aunque no dejaba de ser un concurso». «Al principio nos regañaban porque apenas teníamos competencia entre nosotros», apunta la segoviana a la hora de ensalzar la convivencia con sus rivales y compañeros.