Va de patronos

C on gran acierto y mejor humor, los sumilleres han tenido la ocurrencia de nombrar como patrón de su gremio a San Marcial Copero, un hombre que al parecer llenó el cáliz a Cristo durante la última cena. En este sentido lúdico, no estaría nada mal que los drogatas eligieran de patrón a San Canuto, los presos a San Liberto, los guardias municipales a San Urbano, y esas pitonisas que te abordan por la calle para leerte el porvenir en la palma de la mano a la vez que te ofrecen una ramita de olivo, a San Buenaventura.

Yo no recuerdo si existe un chiste al respecto que diga que la patrona de los pianistas es Santa Tecla, pero si circula otro (y aquí, nunca mejor dicho lo de circula), que afirma que el de los taxistas es San "Frenando". Bueno, pues no, no es San Frenando sino San Cristóbal, un tipo gigantesco que transportaba los viajeros a sus hombros para atravesar un río. No dice la historia si de vez en cuando los pinreles le hacían el aquaplaning, ni si llevaba taxímetro o bien cobraba el trayecto al buen tuntún.

La semana pasada se celebró la fiesta de San Cristóbal. En ella, el presidente del gremio, Cesáreo Arranz, pidió a San Cristóbal trabajo y buen entendimiento con el Ayuntamiento, muy deteriorado últimamente por la cosa del Gps y las licencias. Y servidor que cogió un taxi para solidarizarse, pensó que tendrían un detalle, pero no lo hubo, oiga, ni el la bajada de bandera ni en los bultos ni en el suplemento nocturno. Aquello me pareció Santa Cobranza.