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A. G. ENCINAS
Miércoles, 15 de julio 2009, 10:38
Una apuesta de futuro, un portero de 21 años que ya ha debutado en Primera División, un jugador que completa la pelea por la portería junto a Jacobo y Justo Villar. Y un futbolista con problemas judiciales a corto plazo. Todo eso es Fabricio Agosto, el nuevo fichaje del Real Valladolid. Un cancerbero que, según la web del club blanquivioleta, «llega con la carta de libertad y firmará por dos temporadas con opción a otra». Versión que se da de bruces con la del Deportivo de La Coruña, que al poco de conocer el anuncio del fichaje soltó un comunicado en su página oficial: «El Real Club Deportivo interpondrá en los próximos días una demanda judicial en el Juzgado de lo Social a Fabricio Agosto, tras la vista celebrada esta mañana en el SMAC (Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación) de A Coruña y en la que no hubo acuerdo. El club exigirá a Fabricio ante el juez que cumpla con su contrato de renovación, pactado con anterioridad por ambas partes».
La historia arranca cuando Fabricio llega al club en edad juvenil, procedente del Vecindario, el equipo de su localdiad natal. Como cualquier futbolista amateur, firma un contrato que se convertiría en profesional una vez que debutara con el primer equipo y cumpliera una serie de requisitos. Debutó hace dos temporadas, gracias a la famosa pelea entre Aouate y Munúa. Miguel Ángel Lotina pasó por encima de los dos porteros-boxeadores y le dio la titularidad durante seis encuentros de Liga. El año pasado, sin embargo, llegó Aranzubía y se hizo con el puesto. Y el agente de Fabricio pensó que había llegado el momento de cambiar de aires.
Según el Deportivo, tiene firmada su renovación en un contrato con la entidad gallega. Según Fabricio, que no se presentó al primer entrenamiento el pasado domingo, no hay tal.
El 'caso Otero'
En el Deportivo hacen referencia a un caso similar que se vivió hace años. Fue con el entonces céltico Otero. Firmó un contrato con el Deportivo para la temporada siguiente, cuajó una gran temporada en el Celta y al acabar se cruzó por medio el Valencia, que se lo llevó. La Federación no le impidió jugar, pero años después los tribunales le dieron la razón al Deportivo y obligaron al jugador a pagar una cantidad importante, cerca de los 500.000 euros. Ese el destino que, según el Deportivo, le aguarda a Fabricio en un futuro próximo. En todo caso, desde el club gallego se exonera al Valladolid de toda responsabilidad, y se asegura que no se meterá al club blanquivioleta en este enredo judicial.
Aún no hay fecha para su presentación oficial. El Real Valladolid ha explicado que se trata de una apuesta de futuro, algo que se venía buscando desde que se supo que Sergio Asenjo firmaría por el Atlético. Esa opción ha resultado ser Fabricio, si es que el Deportivo no fuerza una marcha atrás.
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