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ALFONSO TORICES
Sábado, 4 de julio 2009, 02:54
El Gobierno dejará manos libres al teniente general Félix Sanz Roldán, el nuevo director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para que haga los cambios que considere «oportunos» en el funcionamiento y organigrama del servicio de espionaje, lo que hace prever que el cese del anterior director, Alberto Saiz, no va ser el único que se produzca en los próximos días en los puestos de responsabilidad de este organismo.
Sanz Roldán se reunió ayer con la ministra de Defensa, Carme Chacón, minutos después de ser designado por el Consejo de Ministros, para analizar la guerra de poder desatada en las altas esferas del CNI que terminó el jueves pasado con la dimisión de Saiz, y para discutir cuáles serán sus primeras actuaciones al frente del servicio de inteligencia. Chacón ya dejó claro el jueves desde Estados Unidos que la marcha del director no zanja el escándalo que en los últimos meses ha manchado al prestigio del organismo, por lo que mantiene abierta la investigación interna.
Fuego cruzado
La vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, declaró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la total confianza del Ejecutivo en el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa y, preguntada sobre si habrá más ceses en la cúpula del espionaje, señaló que Sanz «tomará las decisiones que considere más oportunas para que el CNI funcione con normalidad».
Fernández de la Vega reconoció que el cese de Saiz llega por una situación insostenible en la que el responsable del CNI fue el objetivo de un fuego cruzado de acusaciones públicas de nepotismo, uso de fondos públicos para disfrute privado o colocación de amigos y familiares, una polémica que desprestigiaba a los servicios de inteligencia y que posiblemente tenían su origen en personas de la propia estructura de mando.
La vicepresidenta, que defendió que Saiz ha realizado «una gran labor» en el ejercicio de sus funciones, justificó la renuncia del responsable del CNI porque «entendió que en estos momentos no puede permitir que se siga cuestionando todos los días el trabajo y el funcionamiento de los servicios secretos españoles». «Mantener esa situación no era responsable y no era bueno para nadie, así lo ha entendido el hasta ahora director y así lo ha respetado y aceptado el Gobierno», admitió.
Fernández de la Vega justificó que el ex director del CNI fuese confirmado en el puesto hace sólo dos meses, pese a haberse visto ya salpicado por la polémica, porque «el Gobierno siempre apoya a los cargos que están trabajando en el Ejecutivo y apoya a los mejores».
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