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Hasta los trajes espaciales generan basura.
VIDA Y OCIO

¡Peligro: caca de astronauta!

Miles de objetos vuelan sobre nuestras cabezas. Es la basura espacial

JULIÁN MÉNDEZ

Viernes, 13 de febrero 2009, 01:53

Si alguien se imagina el espacio como un lugar inhabitado donde reina el vacío... se equivoca de medio a medio. El cielo sobre nuestras cabezas, a cientos de kilómetros de altura, parece una romería poblada por los escombros de la tecnología espacial.

Según el último informe de la NASA, allá arriba hay nada menos que 12.734 objetos. Algunos son del tamaño de una uña, otros son como un tornillo, pero también los hay tan colosales como autobuses.

La basura espacial es variada: desde minúsculos trozos de chapa de satélite, capaces sin embargo de perforar la capa protectora de cualquier ingenio orbital, a guantes de astronauta enteritos, bolsas de herramientas -como la perdida hace unos meses por una astronauta del transbordador espacial norteamericano en su paseo espacial-, tuercas, tornillos, destornilladores, satélites completos, cohetes propulsores... y hasta caca de astronauta. Sí, como suena.

Al comienzo de la era espacial todo se arrojaba al vertedero sin fin del cosmos. Las heces generadas por los cosmonautas en sus estancias no iban a ser menos. Se pulverizaban y... al espacio exterior... Hoy, sin embargo, toda la basura de las misiones espaciales se recicla. De hecho, uno de los grandes problemas de la estación 'Mir' era que tenía una habitación llena de desperdicios (piezas inservibles, bolsas de comida, restos de experimentos, ropa espacial, herramientas averiadas...) de los que no podía desprenderse ¡porque bajarlos a la Tierra es carísimo y, allá arriba, no llega el cohete de la basura!

Restos de viejas naves

Lo que más abunda en la órbita geosestacionaria (a 35.768 kms. sobre nuestras cabezas y situada sobre el ecuador) son restos de antiguas naves y de las terceras y las cuartas fases de lanzamiento de los satélites que han explotado a consecuencia del combustible almacenado en sus depósitos.

Según el Centro de Vuelos Espaciales Goddard hay 8.500 objetos mayores de 10 centímetros y 35 millones de piezas menores de un centímetro. Pero cualquiera de ellas es un peligro en potencia.

Cada vez que regresa a la Tierra, la lanzadera 'Shuttle' aparece taladrada por miles de impactos diminutos. En los 20 metros cuadrados de los paneles solares del telescopia espacial 'Hubble' se han detectado 700 desperfectos en forma de cráter, de tamaño superior a 1,2 milímetros causados por microimpactos de partículas que viajan a más de 25.000 kilómetros por hora.

Tampoco hay que olvidar que, durante años, las potencias espaciales lanzaban objetos al espacio que, convertidos en blancos de altos vuelos, eran destruidos por misiles balísticos en pruebas llenando el espacio de porquería metálica. De hecho, una agencia, el Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano, detecta, vigila y hace un inventario de los objetos que orbitan sobre la Tierra. Sus ordenadores calculan las posibilidades de colisión con ingenios en servicio. Aunque, como se ha visto por el choque de ayer, los computadores tampoco pueden verlo todo.

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