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EL NORTE
Domingo, 8 de febrero 2009, 02:26
Al igual que muchas otras localidades de la provincia, Cerecinos de Campos se suma desde hace algunos años a la celebración de las águedas, en una jornada en la que las protagonistas indiscutibles son las mujeres.
La lluvia y el fuerte viento no impidieron la celebración del jueves. La cita festiva comenzó cerca del mediodía, cuando las mujeres, en su mayoría ataviadas a la manera tradicional, acudieron a la Casa Consistorial de Cerecinos para ser recibidas en el salón de plenos y coger el bastón de mando de manos del alcalde más joven de la provincia, Ángel María Trilla, de la agrupación de electores Adeiza.
Ofrendas
La jornada festiva continuó con la eucaristía celebrada en la iglesia de San Juan Bautista, donde no faltaron las ofrendas y la bendición de la tarta, que posteriormente degustaron.
Tras el inicio de la procesión hacia la iglesia de Santa Marta, la alcaldesa de águedas 2009, María Luisa Miranda, ofreció unos dulces y licores típicos en el pórtico de la iglesia, donde comenzaron los primeros bailes.
Posteriormente, las mujeres participaron en una comida organizada por la Asociación Cultural Ceres en un restaurante de la localidad, donde culminaron la jornada entre bailes y muestras de alegría.
Cerecinos es uno de los pueblos donde las mujeres piden al alcalde la vara de mando, nombran su propia alcaldesa para ese día, y son ellas las que organizan todos los actos.
Al parecer, la tradición de festejar Santa Águeda está más arraigada en Castilla y León que en cualquier otra zona de España. En Valladolid y Zamora se la llama a Santa Águeda 'La Virgen de los pechos', y está representada con un plato en la mano, mostrando sus pechos cercenados, una imagen que las vecinas de Cerecinos reprodujeron en la tarta elaborada para la fiesta.
Prueba del arraigo que tiene esta tradición en Zamora es el encuentro provincial de águedas celebrado el pasado sábado, que ha cumplido ya su novena edición. Medio millar de mujeres de los pueblos de la provincia recorrieron con sus danzas varias calles de la capital hasta llegar a la Plaza Mayor, donde la alcaldesa, Rosa Valdeón, entregó el bastón de mando de la ciudad a la Águeda Mayor, gesto simbólico con el que las mujeres toman el mando de las ciudades y los pueblos por un día.
Hay pueblos en la provincia donde el baile lo abrían como pareja el párroco y la alcaldesa de turno. En Bustillo del Oro, las mujeres vestían de cosacos, con sable incluido, pensando que así los hombres sentirán más respeto hacia ellas. En Castronuevo salen a pedir la «miaja», que es dinero, que luego emplean en una merienda.
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