Medio siglo de fregona
El invento español que puso a las mujeres de pie lleva 50 años inscrito en el registro de patentes
O. L. BELATEGUI
Martes, 23 de diciembre 2008, 02:27
El diccionario de la Real Academia todavía recoge la acepción «despectiva» de fregona: «Criada que sirve en la cocina y friega». La definición más extendida -«utensilio para fregar los suelos sin necesidad de arrodillarse»- nunca ha gustado a sus inventores, que la bautizaron -sin demasiada fortuna- 'aparato lavasuelos'. Les parecía «más digna» que la palabra con la que se conocía hasta entonces a las mujeres empleadas en labores de limpieza. Hoy se cumplen 50 años de su registro en la oficina de patentes.
Al igual que el autogiro, el porrón, la gula y el chupa-chups, la fregona es, pues, un invento español. Su autoría se la disputan Manuel Jalón y los herederos de Emilio Bellvis, ingenieros aeronáuticos de la base aérea de Valenzuela, enZaragoza. Jalón había observado durante un cursillo en Estados Unidos cómo se limpiaba el aceite del suelo de los hangares mediante una mopa plana y un cubo con rodillos. A su regreso, animó a Bellvis a inventar algo parecido y dejar de fregar de rodillas.
Convencieron a una fábrica de algodón para fabricar un tejido esponjoso que absorbiera el agua pero no se deshilachara. El cono invertido y agujereado donde se escurre se estudia todavía en las escuelas de diseño. Sus autores se inspiraron en el fuselaje de los aviones y en algo muy español: el tricornio de la Guardia Civil.
Así nació la fregona y con ella la empresa Rodex, aunque Jalón vendió la patente a la multinacional holandesa Curver BV y siguió inventando genialidades cotidianas como la jeringuilla hipodérmica desechable, cubiteras de hielo para frigoríficos, 'tupperwares' y neveras portátiles. Este logroñés que presume de haber puesto en pie a las mujeres no lo tuvo fácil al principio para convencer a sus principales beneficiarias. Al igual que los obreros se resistían a las máquinas en la Revolución Industrial, las señoras de la limpieza temían poder ser sustituidas en su labor.
Los comerciantes hacían demostraciones a las clientas y los 'coches escoba' de las vueltas ciclistas se convirtieron, a efectos publicitarios, en 'coches fregona'. El diario 'Ya' recoge el producto estrella de la Muestra Internacional de Barcelona de 1958: «Una escoba ultramoderna para ser usada por toda la familia -ahora que las chachas están en vía de extinción- y que los hombres también podríamos utilizar sin avergonzarnos». La publicidad de la época reza: «En ausencia del ama de casa, cualquier miembro de la familia podrá utilizarla sin desdoro».
Adiós a la bursitis, la artrosis de rodilla, las desviaciones de columna, los hongos y el olor a lejía en las manos. En los sesenta, los extranjeros se la llevaban como práctico souvenir. Se calcula que, sólo en España, se han vendido más de 50 millones de fregonas. Comenzó costando 400 pesetas porque el proceso era artesanal -los mangos eran de roble-, pero ahora se pueden encontrar en los 'chinos' por un euro.
Prodigio de ingenio y simplicidad, la fregona sigue evolucionando para dignificar una ingrata tarea. Un maño, Jesús Lasheras, ha ideado la Magic Mop, una escoba con agua y detergente incorporados en su palo, sin cubo escurridor. Por su parte, los hijos de Bellvis han perfeccionado una fregona que ahorra el 50% de agua de una tradicional.
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