Reunión de los cardenales en el salón del Sínodo del Vaticano, en el 2005. /AP-OSSERVATORE ROMANO
VIDA Y OCIO

El patriarca de Constantinopla y un rabino, por primera vez en el Sínodo de obispos

El encuentro, segundo del pontificado de Ratzinger, se centrará en la Biblia

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ

Domingo, 5 de octubre 2008, 03:03

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Empieza en Roma un nuevo sínodo de obispos, una especie de gran congreso de la cristiandad, el segundo en categoría después de un concilio. Durará hasta el 26 de octubre, acuden 253 obispos de todo el mundo y está dedicado al tema 'La palabra de Dios'. Los instituyó Pablo VI en 1965, para fomentar la participación de los obispos en el gobierno de la Iglesia, dentro del espíritu del Concilio Vaticano II, que en esos años modernizó el catolicismo.

En realidad, hoy generan una gran mole de documentación interna, apasionante para los iniciados, pero que apenas llega a la base de los fieles, y sirven para poner en común, a puerta cerrada, opiniones y experiencias entre los obispos, habitualmente ocupados en sus diócesis, pero ni rozan la total autonomía del Papa. No obstante, a Benedicto XVI le gusta escuchar. Para hacerse una idea de todo ello, basta pensar que el gran avance de los últimos años es que por fin hay una hora de debate libre al final de cada jornada.

Con todo, en el Vaticano es uno de esos eventos que dan mucho que hablar. La novedad de esta duodécima asamblea, la segunda presidida por Benedicto XVI, es la participación, por primera vez, de un judío, el rabino jefe de Haifa, Shear Yashyv Cohen.

Hay otras novedades: ha sido invitado por primera vez el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, primado de la Iglesia ortodoxa, dentro de los gestos para acercar a las dos comunidades cristianas. También acuden representantes de otros patriarcados ortodoxos, luteranos y, como invitados especiales, el reverendo Miller Milloy, secretario general de la United Bible Societies y Fray Alois, Prior de la comunidad de Taizé.

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Delegación española

Como en cada cita eclesial, siempre hay morbo por el tema chino. Las relaciones entre la Santa Sede y Pekín, que mantiene una Iglesia católica oficial y paralela, siguen siendo delicadas. China no ha dado permiso para que viajen los obispos chinos y sólo acudirán los de Hong Kong y Macao.

En cuanto a la delegación española, está encabezada por el presidente de la conferencia episcopal (CEE), el cardenal Antonio María Rouco Varela, el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián. Fueron nombrados por la CEE; el resto, por el Papa. Son el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría; el general de los jesuitas, Adolfo Nicolás; el presidente del movimiento Comunión y Liberación, Julián Carrón, y el líder de los neocatecumenales, Kiko Argüello.

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Luego, estudiosos como Jorge Juan Fernández Sangrador, director de la Biblioteca de Autores Cristianos; dos teólogos de la Gregoriana, Salvador Piè Ninot y Nuria Calduch; y el benedictino Flores Arcas, del ateneo San Anselmo de Roma.

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