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García Galván, y sobre él, Fernández Tapias, Nuria González, Carlos Herrera y Celinda Sánchez. / J. RUIZ
PALENCIA

De sustos, pero sin cornadas

La voltereta de Cayetano y el salto de un toro al callejón pusieron en vilo el alma de los aficionados

JOSÉ MARÍA DÍAZ

Jueves, 4 de septiembre 2008, 11:37

Se avecinaba una tarde de gloria, con la presencia de los hermanos Rivera Ordóñez y del granadino Fandila, que parece que nunca defrauda, pero al final, serán los sustos, más que los muletazos de lo que ayer y hoy se viene hablando en todas las tertulias taurinas. Se volvieron a ver picadores por los suelos, el cuarto toro decidió hacer su propio paseíllo por el callejón y la tarde se cerró con el atropello del voluminoso sexto toro al menor de los hermanos Rivera, que terminó en la enfermería con una conmoción cerebral y un fuerte traumatismo en el tórax y el abdomen, aunque el pronóstico es menos grave. Se avecinaba una tarde de gloria, y así lo indicaba la zona de aparcamiento, en donde resultaba imposible encontrar un hueco; la entrada al patio de cuadrillas era un auténtico remolino, en el que decenas de aficionados intentaban abrazar, besar, simplemente acariciar el traje de Cayetano. Entró como pudo en la plaza y salió desmonterado al ruedo en su presentación en Palencia.

Por primera vez en lo que va de feria, los tendidos lucían un lleno suficiente para satisfacer los intereses de los empresarios. Más de tres cuartos de la entrada, en una plaza en la que la presencia femenina destacaba considerablemente por encima de los varones. Madres e hijas, grupos de amigas, y jóvenes admiradoras de la belleza de los Rivera, que ese día habían conseguido convencer a alguno de los abonados habituales de que les cediese su asiento en el coso.

Rostros también conocidos en los tendidos, como el del naviero Fernando Fernández Tapias, que acompañaba a su mujer, Nuria González, y a su suegra, la diputada nacional y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Palencia, Celinda Sánchez, que tenía también como invitado al afamado periodista de Onda Cero Carlos Herrera.

También se encontraba en el coso, sólo que esta vez en el callejón el ex secretario de Estado para el Deporte con el gobierno de Aznar José Antonio Gómez Angulo, que acompañó en el burladero al vicepresidente de la Diputación, Isidoro Fernández Navas, y a los diputados provinciales Inmaculada Rojo y Jesús Tapia.

Sangre en la camisa

No muy lejos, en otro de los burladeros se encontraban el presidente del PP, Carlos Fernández Carriedo, y el presidente de la Diputación, Enrique Martín, que fueron quienes se llevaron el mayor susto cuando el cuarto toro saltó las tablas justo enfrente de ellos para colarse por el callejón, sembrando el pánico a su paso. Les acompañaban en ese momento el constructor José Luis Blanco, una hija de Enrique Martín, María, y el periodista Jorge Cancho. Dejó el toro sobre la piedra del burladero restos de pelo y pequeñas manchas de sangre en la camisa de Carriedo y los pantalones de Martín. Volvió a producirse un susto similar con el sexto toro, el que luego cogería a Cayetano, cuando hizo un amago también de saltar al callejón, aunque en esta ocasión se produjo el salto frente a los veterinarios de la plaza.

Entre los políticos presentes se encontraban también algunos visitantes de la vecina ciudad de Valladolid, como el portavoz del PP en la Diputación vallisoletana, Jesús García Galván, sentado prácticamente delante de Celinda Sánchez, en el tendido 7.

No demasiado lejos, en el 6, el alcalde de Palencia, el socialista Heliodoro Gallego, había repartido hoy las entradas de barrera entre sus concejales, por lo que le acompañaban el concejal de Hacienda, Julio López, y las concejalas de Festejos y Desarrollo Económico, Miriam Andrés y Begoña Núñez, además de las esposas del propio alcalde, Julia Arroyo y del edil de Hacienda, Marta Gago.

Al final, los deseos de triunfo se vieron frustrados, ya que El Fandi no llegó a salir por la puerta grande, a pesar de haber cortado dos orejas. Junto a Francisco Rivera se dirigió a la enfermería a preocuparse por Cayetano.

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