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Vida y ocio

El mar devuelve la droga a la playa

Fardos de cocaína arrojados desde una lancha embarrancada en A Lanzada aparecen en las riberas de la ría de Pontevedra

Agencias |

Martes, 19 de agosto 2008, 21:46

Después de unos años de escasa actividad por la persecución legal sobre su tenencia y uso, las 'planeadoras' parecen haber vuelto por donde solían en las rías gallegas. Estas embarcaciones, dotadas de varios motores fueraborda de más de 250 caballos cada uno, tuvieron su época dorada durante las décadas de los 70 y los 80, cuando actuaban de lanzaderas para introducir en las playas gallegas sus cargamentos de tabaco, primero, y cocaína y hachís, después.

Con unos motores y un diseño que con los que superan los 60 nudos de velocidad (casi 120 kilómetros por hora), estas embarcaciones han sido la pesadilla de los agentes de Vigilancia Aduanera, incapaces en muchas ocasiones de seguir la estela de los narcotraficantes. Las 'planeadoras' son conducidas por expertos pilotos, especializados en circular entre las bateas de cultivo de moluscos o entre las rocas próximas a la costa, hasta deshacerse del cargamento y, en caso de no poder huir por mar, lanzar su embarcación sobre la arena de la playa para desaparecer en algún coche dirigido al lugar alertado por teléfono o por la radio de a bordo. Según confesaba un tripulante del SVA, los pilotos de las 'planeadoras', además de expertos, son tremendamente arriesgados y en muchas ocasiones han destrozado su embarcación para poder huir, mientras que los agentes que los persiguen han de preocuparse por mantener un material muy valioso y no pueden arriesgar tanto.

La última de estas persecuciones tuvo lugar en la ría de Pontevedra en la madrugada del pasado viernes. Perseguida por mar y por un helicóptero, una lanzadera de gran porte fue embarrancada en la playa de A Lanzada (Pontevedra), muy cerca de la turística isla de A Toxa, e incendiada antes de la huida. Volvía el espectáculo de una planeadora sobre la playa, y los bañistas tuvieron ocasión de comprobar el evento. Tras sofocar el incendio provocado para evitar el aprovechamiento de la embarcación por parte de los cuerpos de la lucha contra el narcotráfico, los bañistas de A Lanzada pudieron contemplar aquella lancha de poliéster de 18 metros de eslora, con seis motores de una potencia total de 1.320 CV, y capaz de superar los 100 kilómetros por hora a plena carga.

Cocaína en las playas

Pero los narcos no dejaron sólo la 'planeadora', sino que regaron varias playas de la ría con parte de su carga. Todavía hoy siguen apareciendo fardos de cocaína, algunos de hasta 30 kilos y otros de uno o dos kilos, flotando en las inmediaciones de la isla de Ons, en la boca de la ría de Pontevedra, o en la playa de Sanxenxo. Unos fueron recogidos por bañistas que pasaban el día en la isla de Ons, y otros por pescadores o turistas que, como afirmaban algunos, se concentraban con sus barcos en las inmediaciones de la isla «por si se veía algún fardo».

Según varios testigos, la sensación de impunidad a la hora de hacerse con alguno de estos fardos de droga, al comprobar que no parece haber vigilancia, suele ceder a la inquietud de ser sorprendido con uno de estos paquetes del estupefaciente.

En total, la cantidad de cocaína intervenida tras el episodio de la planeadora en A Lanzada, asciende ya a unos 2.400 kilos, de los que cerca de 1.900 se recuperaron del mar durante la persecución de la 'planeadora' luego embarrancada, y otros 500 que han ido apareciendo flotando a lo largo de la costa durante estos últimos días. La Guardia Civil patrulla por los arenales y la costa de la boca de la ría de Pontevedra, por si aparecieran más paquetes.

Escasez de medios

En medio de la expectación creada en una zona de densa ocupación turística de verano, el sindicato nacionalista CIG emitió hoy un comunicado en el que asegura que el Servicio de Vigilancia Aduanera no cuenta con medios suficientes para la lucha contra el narcotráfico. El sindicato llama la atención sobre el hecho de que desde el pasado verano las ya casi erradicadas planeadoras han vuelto a «tomar» las playas, lo que interpreta como señal de la debilidad de los elementos represivos.

Según el CIG, en tres de las seis bases marítimas que el SVA tiene en Galicia sus embarcaciones sobrepasan los 24 años de antigüedad, mientras que el helicóptero de la zona norte sólo tiene dos horas de autonomía de vuelo y el escáner del puerto de Vigo para el control de mercancías no ha entrado en funcionamiento, aunque lleva un año instalado.

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