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ALFONSO ARRIBAS
Viernes, 15 de agosto 2008, 03:38
Nos han enseñado a reciclar a través de los colores, como a los niños en los centros infantiles. El verde para el vidrio, el azul para el papel y el amarillo para los envases. ¿Y dónde echamos las papeleras? Pues en un ejemplar de la misma especie, como aparece en la fotografía. Está tomada en una zona que se ha reurbanizado recientemente, junto a la parte del Acueducto en la que los arcos empequeñecen hasta desaparecer. Puede que el pedido de mobiliario urbano fuera demasiado generoso, y nos hayamos encontrado con que nos sobraba una papelera, en cuyo caso existen calles de la ciudad a las que esta dotación les haría un favor considerable. O puede que hayan sido otra vez los vándalos, arrancándola de cuajo nada más ser instalada. Incluso es posible que se trate de un depósito temporal, junto o dentro de su hermana de fundición, a la espera de ser ubicada donde corresponde. En cualquier caso la imagen choca, como sorprendería ver un contenedor volcado en el interior de un congénere, con medio cuerpo fuera y esperando destino.
CVTS
El nuevo barrio
Hablando de zonas nuevas, ya se ha decidido el nombre del nuevo barrio que va a empezar a aflorar junto a la plaza de toros, un hecho éste de bautizar ensanches que no resulta muy frecuente en ciudades tan comprimidas y faltas de crecimiento como Segovia. Ya quedó atrás el criterio de poner al caserío el nombre de un santo, que rubricaba tradicionalmente el barrio entero, la parroquia y la asociación vecinal como poco: San Lorenzo, San Millán, Santo Tomás o San José. El nuevo se llamará civilmente barrio de la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, una denominación de intención tan loable como poco práctica será su aplicación. Imagino cómo se rotularán los autobuses urbanos con ese destino, sacando las pantallas por la carrocería para que entre toda la etiqueta. O manejando siglas, y así la línea 12 se identificaría como CVTS, un jeroglífico para nativos y foráneos. Luego está la cuestión de las fiestas patronales; el tal nombre no cabe en los programas, y es incómodo para los pregones y los titulares de prensa. No digamos en los trajes de las peñas, si los hubiere, que tendrían que adoptar formas tan extensas como las antiguas túnicas de Demis Roussos. Para ser coherentes, por ejemplo, su código postal debería rebasar las actuales cinco cifras y asemejarse a los números de cuenta de los bancos. Si a los franciscos se les abrevia a través de los pacos, a este barrio podría conocérsele popularmente como Viti o Covi.
SEPÚLVEDA
En los bares
Sepúlveda encabeza el ranking regional de las localidades con mayor proporción de establecimientos hosteleros por habitante. Casi 29 por cada millar de vecinos. De modo que si en cada bar o restaurante de la villa se dan cita alrededor de 35 personas, cifra razonable que permite un espacio personal suficiente, todo el municipio estaría en ese momento dentro del reino hostelero. Vamos, que todo el pueblo cabe en sus bares sin tener que apretarse demasiado.
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