

Secciones
Servicios
Destacamos
FERNANDO ARANGUREN
Miércoles, 12 de diciembre 2007, 01:29
Una mezcla de harina con yeso o escayola, un poco de agua cerca y adiós topillo. La masa fragua en su interior y el animalillo muere ahogado con una pelota indisoluble en el estómago. Así es como propone acabar con la plaga de topillos que asola a Castilla y León el segoviano Félix Cid, de 65 años, apicultor, naturalista aficionado y gran conocedor de los secretos del campo, que el pasado día 4 envió su propuesta a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente.
El método es de una sencillez aplastante, como casi todos los que se utilizaban de manera práctica y eficaz en el medio rural cuando no había otros tan sofisticados y, en ocasiones, controvertidos como ahora.
Es el caso de los venenos que se están aplicando para acabar con los topillos y que amenazan con medio resolver un problema pero creando otro: el envenenamiento de la caza y otros animales silvestres, en especial los depredadores, «que tan útiles son para mantener el equilibrio ecológico y el medio ambiente que tanto nos preocupa», afirma Cid.
«En un método que se ha utilizado toda la vida para acabar con las plagas de roedores -ratas, ratones o topillos- en los pueblos y que siempre ha dado excelentes resultados», añade el apicultor, quien no se explica porqué no se ha extendido al caso de la presente plaga de topillos.
Félix Cid nació hace 65 años en el molino del caserío de San Pedro de las Dueñas del término de Lastras del Pozo, donde vivió hasta los 13 años, en que su familia se trasladó a Segovia. Recuerda que siendo niño surgió una plaga de roedores en un caserío vecino. «Se emplearon perros fox terrier, gatos, venenos y nada acababa con ellos. Al final se mezcló harina con yeso y desaparecieron», explica.
El procedimiento
La puesta en práctica de este sistema no no puede ser más fácil. Se echa en un recipiente o encima de una piedra un poco de yeso o escayola fino y encima otra de harina. Se protege de la lluvia y se pone cerca un recipiente con agua, si es que esta no se encuentra de forma natural y a esperar los resultados.
«Atraídos por la harina acudirán las ratas, los ratones y los topillos a comérse la harina y comerán también el yeso o la escayola. Si después, como es muy probable, beben agua se solidificará el yeso y los ahogará», explica Cid quien a lo largo de su vida ha aconsejado este sistema en otras ocasiones, siempre con éxito, y recientemente lo ha testado en una parcela que posee en la localidad de Espirdo.
«Se lo comen todo durante algunos días y, de repente, observas que ya no tocan nada. Para entonces apenas ves roedores, salvo a alguno mareado y desorientado», afirma.
Sostiene Cid que los roedores comerán confiados la mortífera mezcla sin que ocurra, como dice que pasa con el veneno, que «el primero que lo prueba deja sus excrementos encima o al lado para que no se lo coman los demás». «Es un método limpio, eficaz y económico que ha dado resultados satisfactorios allá donde se ha utilizado: en casas, naves, cuadras y campos», concluye este naturalista segoviano.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.