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Varios vecinos, en una calle de la pequeña localidad de El Cubillo. / I. J.
EL CUBILLO

Coplas del 5 de mayo

Los mozos de El Cubillo cantaban por las puertas de las chicas la víspera de San Juan Anterportalatina

ISABEL JIMENO

Sábado, 6 de octubre 2007, 02:32

Cuando las fiestas de San Juan Anteportalatina eran las más importantes en El Cubillo, se celebraban también de otra manera y la ya desaparecida enramada era uno de los momentos más vistosos, divertidos y esperados por mozos y mozas. Para ellos, porque lo pasaban muy bien cantando y colocando las ramas y las flores en las puertas de las chicas. Para ellas, al sentirse protagonistas de la celebración. «Era muy bonito», recuerda con un cierto punto de emoción en la cara Luisa, una de las veteranas vecinas de la localidad, que hace muchos años disfrutó en esta tradición la víspera de la fiesta, el 5 de mayo por la noche.

Desde el otro, la vivió también muchas veces Moisés. Los recuerdos de esa fiesta se le agolpan en su memoria. «A las orillas del río / todas las mañanas voy, /a preguntar a los peces/ si te han visto cariño mío». Este veterano habitante de El Cubillo comienza a recitar. «Al pie de la hierbabuena / se cría el azul marino. / Allí te criaste tú, / carita del sol divino», «En el pinar hay un pino, y el pino una zanahoria, y en la zanahoria un espejo en el que se mira mi novia», «Desde chiquita en la cuna, me llamaste la atención, y ahora que eres mayorcita, me robaste el corazón», continúa glosando Moisés. No puede parar. Y es que a sus más de setenta años, en su privilegiada memoria guarda «doscientos o trescientos cantares».

Los que él, junto a los otros mozos del pueblo, acompañados por el sonido de la guitarra, cantó de puerta en puerta en sus años de juventud. Solo las chicas con novio recibían esta esperada visita que, al calor de los rayos de sol de otoño, recuerdan Moisés y Luisa en un rincón de El Cubillo.

Los aprendió de su padre, cuando con tan solo siete u ocho años, le acompañaba en el trillo. «Siempre estaba cantando», recuerda Moisés, que ahora sigue los pasos de su progenitor cantando a sus nietos el nutrido número de coplas que todavía recuerda para que ellos también las sepan y contribuyan a que este tesoro del patrimonio de El Cubillo no se pierda con su generación.

«Aunque del cielo bajara / una mujer para mí, / juro que no le miraría / si te hubiera visto a ti», prosigue recitando Moisés, que hace un esfuerzo para seleccionar algunas de las mejores letras con las que tan buenos ratos paso la noche del 5 al 6 de mayo. «Eres chiquita y bonita y eres como yo te quiero, eres la mejor naranja que ha traído el naranjero», se apresura a recitar.

Y es que son centenares las coplas que forman parte de la tradición oral de este pequeño pueblo y que todavía recuerda este vecino. «Unas picantes y otras, no», apunta Moisés, emocionado con las canciones y con los recuerdos a ellas apegadas. «Allá va la despedida, la que echó Cristo en Belén, que os gocéis muchos años, para siempre jamás amén», concluye Moisés tras bucear en sus recuerdos de la víspera de San Juan Anteportalatina.Próximo pueblo: Arcones

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