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No debes permitir que el niño desobedezca, hay que enseñarle a acatar las normas poco a poco, más aún cuando tiene conductas de oposicionismo grave o antisociales, como la niña de la fotografía.
¡Este niño ya no obedece!

¡Este niño ya no obedece!

¿Has llamado a gritos a tu hijo alguna vez y se hace el sordo? Le has dicho que recoja sus juguetes y continúa como si nada. Este psicocuento te da algunos trucos para sobrellevar la desobediencia de tu hijo

pilar manzanares

Domingo, 15 de enero 2017, 08:28

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No son malos, no les pasa nada extraño y tampoco se han vuelto sordos de repente. Simplemente están creciendo y adoptan rasgos que todos tenemos. Porque la desobediencia es algo natural a la condición humana. Y si no, haz examen de conciencia.

Pero, ¿qué es la desobediencia en el niño? Los psicólogos infantiles la definen como «la negativa o el rechazo injustificado a iniciar, mantener o completar, en un plazo determinado de tiempo, una instrucción u orden emitida por una persona que ejerza autoridad sobre el niño. Se da con mucha frecuencia en la niñez y suele remitir de forma espontánea cuando el niño crece».

Se trata de una conducta que se da tras una interacción con la madre, el padre, el profesor, el tutor... y a la hora de definirla hay que evaluar ese contexto.

También hay que tener en cuenta que las conductas de desobediencia abarcan un abanico muy amplio, como explica el psicocuento 'La desobediencia del niño que se hace el sordo', escrito con la colaboración de psicólogos infantiles. «Desde conductas que podríamos definir como suaves (como de 'pasotismo', el niño hace como que no oye y, por tanto, 'pasa' de lo que se le está ordenando) a conductas de oposicionismo ligero (el niño dice activamente 'no' a todo o casi todo lo que se le pide), hasta las conductas de oposicionismo grave o antisociales (el niño patalea, pega, insulta, destroza objetos cuando se le niega lo que quiere)».

¿Cuándo es preocupante? Cuando se mantiene en el tiempo, si es muy frecuente y se da en distintos ambientes, o si perjudica la relación familiar y el desarrollo personal y académico del niño.

Ayudarle a obedecer

Para facilitar el cambio del pequeño y su crecimiento, además de ayudarle a madurar, y que vaya obedeciendo, los expertos de este psicocuento dan los siguientes consejos:

Refuerza siempre las conductas de obediencia de tu hijo y da el refuerzo en cuanto el niño obedezca (o lo antes posible). Los reforzadores pueden ser muy variados: tangibles (lápices de colores, cuentos...), de actividad (ir al cine, salir al parque...), sociales (un beso de sus padres, halagos...)

Empieza a hacer esto con las peticiones que el niño obedece más fácilmente.

Cumple siempre lo que le hayas prometido.

Favorece la cooperación del niño (da las órdenes en situaciones que a él le resulte más fácil obedecer).

Recuerda que las órdenes bien dadas facilitan su cumplimiento.

Procura que todas las personas cercanas al niño (cuidador, abuelos...) conozcan y apliquen el programa de refuerzos que te hayas propuesto.

Recuerda utilizar siempre el refuerzo social.

No hay que culpabilizar ni a uno mismo ni al niño si las cosas no van como debieran.

No pierdas nunca la paciencia ni el buen humor y controla tu ira siempre. No le grites.

Recuerda que si nada te funciona y te sientes incapaz de seguir, siempre es mejor consultar a un experto y no dar por perdida la situación. Y menos aún permitirle todo a tu hijo, se volverá en contra de ambos.

Más trucos, ejercicios y modos de llevar a cabo la intervención que ayude al niño a ir obedeciendo en 'La desobediencia del niño que se hace el sordo', de la colección 'Muchos más que un cuento', editorial Pirámide.

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