31 años revisitando la cabaña del Turmo
Los Celtas Cortos continúan de aniversario, promocionando su disco sinfónico 'In Crescendo', pendiente de un nuevo trabajo de estudio que verá la luz en breve, y preparando la gira que dará comienzo el 20 de abril en Madrid
Luis Miguel de Pablos
Domingo, 26 de marzo 2017, 14:13
1986. Felipe González revalida la mayoría absoluta, Mike Tyson se convierte en el campeón de peso pesado más joven de la historia, y el Steaua de Bucarest tumba en la tanda de penaltis al FC Barcelona para proclamarse campeón de Europa en Sevilla. España empieza a engancharse al capitán Furillo mientras se desengancha de McGyver, y lo hace al ritmo del marcapasos de la Marta de los Hombres G, el 'Rufino' de Luz Casal, 'El imperio contraataca' de Los Nikis, 'Cruz de navajas' de Mecano, o el 'A quien le importa' de Alaska y Dinarama. La guinda musical ese año la ponen los aragoneses Puturrú de fuá y su canción de verano 'No te olvides la toalla'.
Los Celtas Cortos han entrado ya en su 31 aniversario. Y lo han hecho con fuerza, a caballo entre un trabajo, 'In Crescendo', que recoge los temas de siempre interpretados junto a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), y otro disco de estudio que verá la luz este mismo año.
Recién llegados de Ciudad de México, donde han tomado parte en el XVIII Festival Vive Latino, echan la vista atrás... sin atisbo alguno de vértigo. "Hemos vivido muchos momentos diferentes, pero creo que al final la música es el directo, cómo la sientes, la composición, la honestidad con uno mismo, creer en lo que uno hace,...", apunta Goyo Yebes, el veterano en mayúsculas de la banda vallisoletana. "Intentamos seguir aprendiendo, mejorando, y seguimos queriendo transmitir para llegar a la gente con nuestras canciones y nuestras letras. Ésa es la magia de la música que, desde luego, no hay que perder nunca", resume.
Magia es lo que hubo en aquel reducido escenario de la sala Sheraton, invadido repentinamente por el sonido folk, tan de moda en los 80. "Soy ya el único componente que queda de esos cuatro chavales que estaban estudiando en el instituto Delicias y que nos juntamos con un profesor de francés que tocaba el violín. Aquella fue la base. Páramo fue un proyecto de Óscar, César y mio en el que trabajábamos canciones del folk castellano, en auge por entonces y con mucho interés por parte de la gente. Éramos unos críos en una etapa muy emocionante donde aprendíamos mucho cada día", recuerda Goyo con cierta nostalgia.
Mucho ha llovido musicalmente de aquel concurso promovido por la Junta que les llevó a grabar, en 1987, el primero de sus trabajos compartido con los grupos Ágora y Yedra. "Hay un abismo entre 'Así es como suena' a lo que ha sido el 'In Crescendo' del año pasado. Ese disco que llamamos cero era un disco compartido con otros dos grupos, un disco patrocinado por la Junta de Castilla y león, porque el premio era grabar tres canciones del disco, fuimos a Madrid (a RNE) y fue el primer contacto con un estudio de grabación", explica Yebes. El misterio de la primera vez era pura adrenalina para aquel grupo de chavales del instituto Delicias. "Para nosotros todo era mágico, increíble, grande e ilusionante. Teníamos 16, 17, 18 años y no conocíamos nada de este mundo. Solo disfrutábamos de tocar canciones juntos", añade.
Celtas Cortos ha sido testigo privilegiado, no solo de un cambio de época, sino también de una forma de hacer las cosas. Del método tradicional, casi artesanal, a la era digital. Una tormenta que también a ellos les ha atropellado a una velocidad de vértigo, y a la que se han tenido que adaptar, paraguas en mano. "La transformación a lo digital es algo que nos ha cambiado porque desde luego las copias analógicas ya no se venden. Todo está ahora a golpe de click, y también es verdad que tiene la cara amable de poder difundir desde casa al mundo entero todo todas tus propuestas. O sea que es algo con lo que tendremos que convivir irremediablemente en el futuro", asegura Jesús Cifuentes, plenamente concienciado ya del cambio que les ha tocado vivir. "Creo que el camino que estamos recorriendo es muy interesante y todavía estamos a tiempo de hacer y desarrollar un montón de proyectos. A corto plazo vamos a intentar desarrollar ese formato sinfónico -en referencia a 'In Crescendo'- con un pie en la querencia de un nuevo trabajo de estudio", señala. "Sencillamente son nuevos colores, y otra dimensión de la misma música. Es otra forma de transmitir emociones", resume.
El vocalista de los Celtas mira hacia atrás, y opta por mirar al futuro. "¿Cambiar algo de lo andado? Como es algo irreal, nos quedamos con el disfute del camino que hemos andado y con todas las cosas que hemos aprendido. Probablemente habría que modificar algunas cosas, pero la vida no te da esa posibilidad", asegura, tajante.
Goyo asiente y amplía reflexión. "Creo que no cambiaríamos absolutamente nada. Al final te das cuenta de que cuando cometes errores, tus errores son tus mejores maestros para no volver a equivocarte en lo mismo. Lo que hay que hacer es aprender de ellos para no tropezar en la misma piedra. Vas a tropezar en otra porque la vida te lleva a ello, pero no cambiaría nada porque lo hemos hecho todo desde el corazón", comenta, aportando uno de los secretos -con sus devaneos- de la longevidad del grupo. "Hacemos lo posible para estar todos a gusto y a veces cede uno otras veces otro, que es lo más importante para dar continuidad a un proyecto musical", apunta.
A Goyo también le ha atropellado la era digital, aunque en su caso ha sabido verle el lado positivo. "Está claro que ha cambiado todo, y no solo a nivel discográfico, que hace que la venta de discos sea algo anecdótico ya, sino también a nivel promocional ha cambiado lo que haces para llegar a la gente. Con tanto anglicismo como hay ahora, al final es una herramienta brutal para promocionar tu creación. Lo que pasa es que todo está tan abierto que lo difícil ahora es llamar la atención. No es fácil captar la atención porque la gente está bombardeada cada día con todos los recursos digitales", explica, añadiendo que "es un gran invento a pesar de que el mundo discográfico, el mundo analógico y más artesano haya cambiado tanto y sea un poco más frío. Pero creo que son más las ventajas que los inconvenientes".
Las posibilidades que proporciona Internet obligan a reinventarse, también en la parte económica. "Ahora los discos se pueden grabar en casa y muchos grupos trabajan de esta forma. Sin duda que ha cambiado mucho, luego los 'shows' vivimos una época e los 90 en la que todo se hacía a lo grande, también los cachés. Se cobraba más pero todo costaba mucho más, es curioso que ahora cobras la tercera parte y te queda lo mismo que antes porque te vas adaptando a las circunstancias. Ya no puedes llevar los montajes que llevabas antes, pero ahora intentas adaptarte y optimizar lo que tienes. Esta última década se centra en adaptarte a lo nuevo y optimizar los recursos que tienes para que te permita seguir viviendo de ello", comenta Goyo Yebes, centrado ahora en el último trabajo publicado por Celtas Cortos. "'In Crescendo' es lo más grande que hemos hecho a nivel artístico porque no hay nada mejor para un creador que escuchar su música coloreada. ¡Ha sido una barbaridad! Ha sido muy costoso mezclar estos dos mundos para que todo sonara como tenía que sonar, pero estamos muy orgullosos de cómo ha quedado el disco porque transmite la magia que se vivió allí en aquel auditorio", concluye. Sin mirar atrás. Imbuido, casi atrapado, por la tormenta digital que nos toca vivir, tan lejana del Colectivo Eurofolk. Del grupo Páramo. De Almenara.
A años luz de la discoteca Sheraton... Pero siempre con la cabaña de Turmo a mano para visitarla cada vez que haga falta.