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El Arco de Fermoselle, antigua puerta de la muralla.

Fermoselle, el encanto de una villa medieval en los Arribes

Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·

En la frontera con Portugal y junto al Duero, se caracteriza por sus calles estrechas y empinadas y su situación privilegiada en un espacio natural

el norte

Lunes, 6 de julio 2020, 15:41

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Escribió Miguel de Unamuno sobre Fermoselle que está «encaramada sobre peñascos cual para ver cómo se abrazan Tormes y Duero». La villa fermosellana, en la frontera entre Zamora y Portugal, ocupa un lugar privilegiado entre los ríos Tormes y Duero, en un espacio que está declarado Parque Natural de los Arribes del Duero y Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica.

Se caracterizan los paisajes de Fermoselle por las impresionantes vistas a los Arribes y por los bancales para el cultivo de viñedos, olivos y árboles frutales. El municipio zamorano, que pertenece a la comarca de Sayago, está considerado como la capital de los Arribes del Duero, al ser el núcleo de población más importante.

Arriba, Plaza Mayor de Fermoselle vista a través de un arco. Al fondo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; Detalle de la reja de un balcón e interior de una bodega subterránea.
Imagen principal - Arriba, Plaza Mayor de Fermoselle vista a través de un arco. Al fondo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; Detalle de la reja de un balcón e interior de una bodega subterránea.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Plaza Mayor de Fermoselle vista a través de un arco. Al fondo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; Detalle de la reja de un balcón e interior de una bodega subterránea.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Plaza Mayor de Fermoselle vista a través de un arco. Al fondo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; Detalle de la reja de un balcón e interior de una bodega subterránea.

Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1974 por sus diversos monumentos románicos, su privilegiada situación y el conjunto de sus calles estrechas y empinadas, con atractivos y pintorescos rincones como la calle La Nogal, una de las más famosas de la localidad.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Fermoselle.

Es una calle típica, característica por su elevada pendiente con escalones. A ambos lados, hay viviendas construidas con grandes piedras de granito.

En este núcleo urbano, de callejero medieval, con huella judía y con algunos vestigios de su pasado fortificado, destacan monumentos como la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y las ruinas del castillo, del que se conservan pequeños restos y que es un estupendo balcón al Duero. Estos dos símbolos de Fermoselle están declarados Bienes de Interés Cultural (BIC).

Portada del templo de Nuestra Señora de la Asunción.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, junto a la emblemática Plaza Mayor, tiene su origen en el siglo XIII, en el románico, aunque a lo largo de los siglos ha sido objeto de transformaciones, por lo que conserva elementos de diferentes épocas y estilos arquitectónicos.

Órgano del SXVIII

Destacan las portadas meridional y occidental, que son de transición entre el románico y el gótico y que tienen una interesante decoración escultórica. La torre sobresale sobre el resto de construcciones de la villa y en el interior del templo hay elementos de importante valor artístico como retablos, imágenes y un órgano del siglo XVIII, que fue trasladado a Fermoselle desde Zamora.

Fermoselle pertenece a la Denominación de Origen Arribes. La cultura de la vid era tan importante en la zona que la villa está totalmente horadada por bodegas, un patrimonio subterráneo que le ha valido el sobrenombre del pueblo de las mil bodegas.

Su viticultura le ha valido el sobrenombre del pueblo de las mil bodegas

Algunas de ellas son milenarias puesto que datan, al menos, del siglo X. Algunas en desuso, otras rehabilitadas y otras que se dedican a la elaboración y comercialización de vino pueden visitarse en rutas guiadas que permiten conocer los secretos más ocultos que guarda la villa.

Qué visitar

  • De interés: Los encierros de Fermoselle datan del año 1523, cuando ya se corrían encierros por las calles. Estos festejos se celebran en agosto en las fiestas de San Agustín, para las que se monta la tradicional Plaza de Toros de madera en la Plaza Mayor.

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