Visto para sentencia el juicio del acusado de apropiarse de 357.000 euros de cuatro empresas

Tras la declaración del acusado, del administrador principal del grupo empresarial (Jesús María Gómez Merino) y de varios testigos, la Fiscalía y la acusación particular han mantenido la petición de ocho años de prisión por los delitos de administración desleal y falsificación de cuentas anuales, después de considerar que «ha quedado acreditado» que David Prieto hubiera incorporado a su patrimonio 357.000 euros a través de transferencias a sus cuentas bancarias, rueda de talones y las cantidades obtenidas en efectivo de las entradas del Museo del Toro y de la Íscar Cup (instalación y competición gestionada por este grupo empresarial).

«Todo eso ha generado un perjuicio a la empresa, porque el acusado se lo había llevado. No sabemos qué habría pasado de no desviar ese dinero y si se hubieran evitado los problemas de liquidez que obligaron a los empleados a rebajarse la nómina o aplazar el pago de las obligaciones sociales», ha señalado el Ministerio Público.

Por su parte, el abogado de la acusación particular ha incidido en el mensaje de la fiscal y ha insistido en que «hemos demostrado los movimientos que ha hecho David entre 2008 y 2017 (año en el que fue despedido de forma procedente tras descubrir Jesús María documentos falsificados). No sabemos cuántas tropelías más ha podido hacer», ha afirmado el letrado del principal administrador de las cuatro empresas afectadas.

Tanto la Fiscalía como la acusación han centrado sus conclusiones ante el testimonio de la última persona en declarar, el perito Emilio José López (aportado por la defensa). «No entiendo que el perito diga que los libros de contabilidad en este caso no sean relevantes», ha incidido la fiscal.

Precisamente, el perito, titulado en Económicas, ha explicado que ha basado su informe pericial en las transferencias que se han realizado entre las cuentas del grupo empresarial y el acusado. «Ahí se refleja que hay un balance a favor de 13.000 euros para David Prieto», ha detallado Emilio José López. Misma aseveración que proclamó el primer día del juicio el propio acusado.

«Se han contabilizado los extractos bancarios de un lado y de otro. He intentado hacer un ejercicio de síntesis ante la cantidad de información que había», ha recalcado López, que también ha reconocido que ha dado «el mismo valor» a una fotocopia que a un certificado bancario y que no se ha fijado en los conceptos de las transferencias. «Los obvio», ha apuntado.

El acusado, que tenía las claves electrónicas de todas las cuentas bancarias al ser amigo del empresario por aquel entonces, fue contratado en 2008 por el grupo para llevar las cuentas de las diferentes sociedades, momento en el que se registraron las primeras transferencias de las cuentas de las empresas a las de David P.G. Según declaró el primer día de juicio, el acusado afirmó que se reflejaban estos movimientos porque se «reingresaba el dinero que prestaba cuando las empresas vivían momentos de escasa liquidez».