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Sonrisas y alivio en los huertos del INEA: las lechugas están perfectas
Unos setenta beneficiarios han podido regresar esta mañana a las labores en sus parcelas una vez alcanzada la fase 0 de la desescalada
Hacía más de mes y medio que los usuarios de los huertos ecológicos que el INEA tiene instalados en el número 4 del Camino Viejo de Simancas, fruto de un acuerdo con el Ayuntamiento de Valladolid que los destina a su programa de envejecimiento activo, no recordaban su espalda caliente por el sol, la respiración azorada por el trabajo físico y las manos oscurecidas por la tierra. Pese a que parezca que esos tres detalles son molestos o agotadores, sus caras esta mañana no reflejaban ni por asomo cualquiera de esas dos sensaciones.
Al fin, con la llegada de la fase 0 de la desescalada organizada por el Gobierno, han podido labrar los terrenos a los que tantas horas les dedican a lo largo del año y hasta sorprenderse de lo bien que han aguantado las lechugas, frescas pese a que hace mucho tiempo que no eran cuidadas por nadie, y, sobre todo, de lo rápido que las malas hierbas se han adueñado de buena parte de los surcos de sus parterres.
Unas setenta personas trabajaban esta mañana en el primer día de apertura de los huertos del INEA, que ha establecido una nueva organización para que nunca coincidan sobre el terreno los beneficiarios de dos parcelas colindantes y ha prohibido, como parte de las medidas de seguridad, el uso compartido de herramientas o la utilización de zonas comunes como los baños salvo en casos de fuerza mayor (tras lo que serán desinfectados convenientemente).
«No ha habido ninguna incidencia y aquí no hay riesgo, están casi mejor que en casa», reflexionaba el director del centro, Félix Revilla, a media mañana, que ponía de manifiesto que los primeros interesados en extremar las precauciones son los propios usuarios, puesto que se trata de «personas mayores que son las más afectadas por la covid-19 y también las más concienciadas».
Cada usuario ha recibido una tabla en la que se le especifica cuándo puede trabajar su huerto, aunque a lo largo de la mañana algunos despistados han acudido a las instalaciones porque no sabían si podían acceder a ellas o no o si podían hacerlo con algún familiar, algo terminantemente prohibido por la dirección, que solo permitirá acceder a los titulares de los huertos y obliga (como recuerdan continuamente los empleados) a mantener la distancia social y a utilizar los guantes y la mascarilla.
«No se ha perdido nada de la cosecha», asegura Félix Revilla, que reconoce que al menos durante este mes se extremarán las precauciones para evitar contagios de coronavirus y que se afronta una reorganización de los titulares de los huertos que generará vacantes, una vez que durante estos días, con las comunicaciones persona a persona de las medidas de cara a la apertura, se ha detectado que algunos de ellos no están siendo explotados actualmente.