Protos transforma su bodega de 1927 en un restaurante que creará diez empleos
Ofrecerá una completa experiencia gastronómica armonizando sus vinos con menús, carta y tapas, entre otras posibilidades de enoturismo experiencial
«Un edifico histórico, parte del alma, parte del pasado, presente y futuro de Peñafiel», describe Carlos Villar, director general de Protos, la bodega que un grupo de pioneros y visionarios puso en marcha en 1927 en la localidad, dando así origen al gran referente vitivinícola de Peñafiel y de su comarca, y, en los años 80, referente e impulsor de la DO a la que cedió generosamente el uso de su marca: Ribera del Duero.
En ese edificio histórico del 27, que conserva su arquitectura primigenia así como su total identidad de bodega, y en la que se ha estado elaborando hasta hace poco, tras cesar su actividad elaboradora renace ahora como un novedoso espacio gastronómico en el que el grupo bodeguero abre las puertas de un restaurante, un espacio en el que además completará una experiencia enogastronómica global a través de las otras propuestas enoturísticas que encontrará el visitante en Ágora de Protos, que es como se ha bautizado a este proyecto con el que la marca abarca todos los aspectos del turismo experiencial en torno al vino, una nueva apuesta de la firma que espera poder abrir sus puertas antes de que finalice este mes de febrero.
«Nunca es fácil gestionar qué vas a hacer con los orígenes, pero lo que estaba claro es que queríamos algo que creara valor dando una nueva vida a un edificio que ha sido todo para nosotros», señala Villar, quien explica cómo la idea original fue retroalimentándose, ganando mayor entidad hasta modelar, plasmar y, como si de un gran vino se tratase, redondear esa primera idea a imagen y semejanza de lo que es y transmite Protos con sus vinos. En esta ocasión con esta oferta enograstronómica tan estudiada.


«Llevábamos tiempo dándole vueltas a que el mundo del vino sin la gastronomía es como una silla con la mitad de las patas. El vino se puede disfrutar sin la gastronomía, evidentemente, pero juntos y la armonización de ambos hacen la experiencia mucho más placentera. Nos dimos cuenta de que quizás una de las cosas que faltaba a Protos para ensalzar sus vinos era ser capaces de ofrecer la experiencia al mismo tiempo». «Es un paso más, dentro de nuestra propuesta enoturística, en el sentido de vivir una experiencia que no se queda solo en el producto, sino que también abarca el poder disfrutarlo en un entorno determinado, en un momento determinado, y además con maridaje gastronómico», refleja el director general.
Entre sus históricos depósitos, en los que tantas añadas han tomado cuerpo, el edificio de 1927 albergará distintas propuestas, las cuales se pueden disfrutar de manera compartimentada o combinarlas en todas sus posibilidades, incluida la oferta ya existente en sus otras dos bodegas peñafielenses, visitadas cada año por 40.000 personas. En cuanto a ese conjunto de posibilidades de Ágora de Protos, se pueden adquirir y catar los vinos de la marca en una enoteca premium; se pueden armonizar los vinos de las bodegas de la firma con selectas tapas en un winebar y, como se ha explicado anteriormente, compartir mesa y mantel en el original restaurante que dirigirá el experimentado hostelero Rafa Miquel, actual propietario del mítico Casa Florencio, el primer restaurante asador en abrir sus puertas en Aranda de Duero, en 1949.
El restaurante dispone de un espacio en el interior de la bodega y un moderno módulo con terraza preparado para su uso todo el año, situado en la pretérita playa de pesado y descarga de la uva, un espacio con vistas a la bella fachada de la bodega y al castillo de Peñafiel.
Diez nuevas contrataciones
La nueva inversión de Protos contempla la contratación de 10 personas, del entorno y con pleno compromiso con el proyecto. Y en cuanto a la oferta gastronómica, como reseña Villar, «la mejor decisión es ser fiel a lo que tú eres. Protos es sinónimo de calidad y en ese sentido está encaminado el proyecto gastronómico». Y al igual que «intentamos hacer el mejor vino posible y que este sea disfrutable, la gastronomía de Ágora de Protos se enfoca mucho en que la calidad del producto sea lo más importante. Va a ser premium y evidentemente la gente va a obtener lo que está esperando al visitar Protos, por supuesto que sí». Máxima calidad enfocada «a lo que busca el consumidor de Protos», sin más prensión ni aspiración que dar lo mejor de sí mismos y con ello logar ofrecer la mejor experiencia enogastronómica posible. Que los reconocimientos los otorgue el cliente por la vivencia que ha disfrutado. Nada más, y nada menos.
El menú integra la cocina tradicional de la zona, donde el lechazo asado es imprescindible por ser altamente demandado, acompañado de menús con diferentes elaboraciones y concepciones.
Como recalca Villar, la recuperación de este edificio de 1927 ha sido el propulsor de esta iniciativa con la que «no intentamos ni queremos competir con nuestros propios clientes, la hostelería. Nuestra colaboración con la hostelería de la zona y con todo lo demás va a ser siempre igual, porque nosotros somos parte integrante de Peñafiel».
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