El maquetista de Fresno El Viejo que recrea estampas tradicionales
Artesanía rural ·
Joaquín López Sánchez elabora piezas en movimiento que se pueden ver en el Museo Etnográfico de Antaño a Hogaño, unas miniaturas a las que dedica esfuerzo y pacienciaCon mucha paciencia, dedicación, esfuerzo y sobre todo con mucho entusiasmo da forma a todas y cada una de las maquetas en movimiento que elabora en su pequeño taller de su pueblo natal, Fresno el Viejo. Su pasión por este arte en miniatura hace que cuide al máximo cada detalle de sus creaciones, que se han convertido en piezas de colección que jamás venderá, como asegura con rotundidad el maquetista y modelista Joaquín López Sánchez, que tras jubilarse como empresario de la metalúrgica en el País Vasco retornó a su Fresno natal, lugar en el que consigue inspiración para dar forma a los antiguos oficios y fiestas populares de su localidad o construir desde cero una réplica a escala de una fábrica de curtidos.
Por el momento, sus muñequitos mecánicos suman más de un centenar distribuidos en una veintena de maquetas que se pueden apreciar al milímetro en el Museo Etnográfico de Antaño a Hogaño de Fresno el Viejo, municipio que apuesta por los creadores locales, como explicó el alcalde, Luis Miguel Muñumer, que en el preciso momento que descubrió estas obras no dudó ni un segundo en adaptar una de las salas de este espacio museístico para convertirla en un pequeño reducto de los oficios de toda la vida, pero con un encanto especial. Además de habilitar este espacio, desde la administración local también han organizado diversas actividades con los más pequeños de la casa para que conozcan las labores de siempre, como el trabajo de los mimbreros o para que descubran por sí solos lo laborioso que es crear este tipo de maquetas.
La primera incursión en el mundo de las maquetas de López Sánchez fue hace más de media década, cuando junto con su mujer y otro matrimonio elaboraron un gran belén navideño que donaron al municipio y que todos los años, hasta la llegada de la pandemia, se exponía para que todos los vecinos pudieran contemplar todas y cada una de las figuras, casas y construcciones realizadas.
Después de esta toma de contacto, y una vez jubilado, encontró en el maquetismo su nueva afición. «Al principio hacía cosas más básicas, con movimientos limitados, pero poco a poco, investigando y dándole muchas vueltas, fui perfeccionando las maquetas», comenta Joaquín, que además de crear palomares, fraguas, panaderías locales como la de La Tía Melitona, también ha recreado la casa en la que nació y vivió durante parte de su infancia.
La elaboración de estas piezas, que son objeto de deseo en muchos mercados navideños de las principales capitales europeas, es ardua ya que se puede pasar meses dando forma a sus pequeñas obras de arte en movimiento.
Las piezas, que «para mí tienen un valor incalculable y por este motivo no las pongo a la venta», asegura este fresnero, tienen diversos orígenes ya que por ejemplo los pequeños motores son adquiridos a diversas empresas italianas o en algún pequeño taller malagueño. Estas piezas tienen un coste aproximado de 10 euros, a los que tiene que sumar los muñequitos, que oscilan entre los dos y tres euros. No obstante, cuando el mercado no ofrece posibilidades que encajen con sus maquetas, López Sánchez reconvierte los muñecos normales como pueden ser los X-Men en los personajes de sus creaciones. «Les cambio por completo. Les hago la cara nueva, y aprovecho algunas partes que tienen articuladas, como pueden ser los brazos para que puedan hacer los movimientos que quiero que tengan». Asimismo, también diseña al detalle los trajes que llevarán como pueden ser chalecos, gorros de paja o alguna pañoleta típica de las labores agrícolas.
Entre sus innovaciones se encuentra la producción de humo de las casas, trenes y fábricas que se pueden ver en sus diseños. Un secreto que consiguió tras varios intentos y que ahora rehúsa a desvelar ya que «se perdería la magia, pero utilizo fusibles pequeños, de los de antaño, que tenían la cabeza de cerámica y el resto es mucha paciencia e imaginación». Sus maquetas no han pasado desapercibidas y algunas instituciones ya se han interesado por estas creaciones, pero López Sánchez quiere que estén expuestas «en mi pueblo, ya que para mí es una satisfacción y un orgullo».
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