Íscar: la optimización de recursos como base de desarrollo

Superados de alguna manera los efectos de la crisis provocada por el derrumbe del 'boom' inmobiliario de 2008, que repercutió de forma muy negativa en un sector local estratégico como es el de la madera, del que dependía casi un tercio de la economía y el empleo, y de igual manera los derivados de los dos años de pandemia, la villa carpintera de Íscar afronta su inmediato desarrollo futuro desde la optimización de todos sus recursos disponibles.

Y lo hace de la lección aprendida de los errores pasados, que la hicieron perder no solo potencial económico, sino también poblacional al bajar en un decenio de los casi 7.000 habitantes a los 6.400 actuales, y la convicción del carácter emprendedor que siempre han tenido sus vecinos para superar adversidades desde el trabajo y superación como máximas aplicables.

Cuestiones ambas que a sus actuales gobernantes, con una corta andadura de poco más de dos años cuando finalice el actual mandato y mucho trabajo atrasado en la cartera, hace que toda dedicación sea poca para retomar el ritmo perdido y, al mismo tiempo, afrontar esos nuevos retos y proyectos encaminados a seguir dotando a la villa de nuevos y mejores servicios y elevar la calidad de vida y bienestar de sus vecinos.

En ello se están empleando con las actuaciones de todo tipo emprendidas en los últimos meses, unas ya acabadas y otras en marcha, recibidas como herencia de quienes tomaron el testigo y con las que se pretende cerrar un ciclo y dar comienzo a uno nuevo marcado por su desarrollo sostenible de acuerdo a las directrices y normas establecidas en acuerdos de ámbito internacional para su aplicación en todos los estamentos.

Tarea nada fácil en la que la búsqueda de ayudas económicas para la ejecución de nuevos proyectos se convierte en uno de los principales retos a afrontar, entre los que destacan aquellos directamente relacionados por la mejora de la calidad de vida y asistencial de las personas mayores y de aquellas que desgraciadamente padecen una enfermedad degenerativa como es el alzheimer, colaborando con las entidades locales que gestionan sendos centros asistenciales en la villa en sus proyectos de ampliación, y la mejora de la calidad asistencial sanitaria mediante un nuevo centro de salud comarcal, sin descuidar por ello el apoyo incondicional a cuantas iniciativas empresariales y emprendedoras favorezcan su desarrollo económico creando la riqueza y empleo necesaria para el asentamiento de nuevos vecinos.

Todo ello sin perjuicio de seguir apostando por la optimación de todos los recursos e instalaciones, haciéndolas más eficientes en todos los sentidos, y el respeto al medio ambiente y el entorno natural desde un aprovechamiento más racional y controlado, como es el caso del agua. Así como también la modernización de estructuras y sistemas que permitan una gestión que no conlleve sobrecarga de costes y además reporte otra serie de beneficios, la renovación y mejora de las infraestructuras urbanas en las que el paso del tiempo ha hecho mella y han de adaptarse a la nueva realidad, y la decidida apuesta de establecer alianzas de mutua colaboración con todos y cada uno de los agentes que de alguna maneras son actores participes del desarrollo social y económico local.

Industria, comercio, servicios, agricultura, ganadería…, pero también otros como educación, son claves para que esos proyectos de diversa índole que ahora se están dando forma y pronto verán la luz no ya solo puedan salir adelante, sino que se puedan desarrollar satisfactoriamente y que Íscar recupere el puesto que otrora ocupaba a nivel provincial y autonómico.

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