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Al norte, se extiende la Tierra de Campos, campos de tierra de los godos, escribe José Manuel Parrilla en su viaje por la provincia de Valladolid. En ese espacio de inmenso paisaje, desde hace miles de años se asienta Herrín de Campos junto al río Sequillo. El hallazgo de tres hachas de piedra pulimentada da testimonio de que el término municipal fue morada o lugar de paso del hombre en época neolítica. La obra 'Arqueología Vallisoletana' reseña que el casco de la población estuvo habitado en la primera Edad de Hierro, según lo confirma la recuperación de abundante cerámica negra, bruñida, brillante, a veces espatulaza y hecha a mano en los enclaves de Tras del Arco, Las Eras y Las Bodegas.
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Entre los siglos VI y I antes de Cristo, el lugar sería habitado por el pueblo vacceo, a los que con el devenir de los tiempos sucederán romanos, visigodos y musulmanes. Es Sebastián de Miñano en su 'Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal', de 1826, quien, al descubrir la Villa Abadenga de Herrín, escribe que «tiene una altura horadada de cuevas para la cosecha del vino, titulada El Castillo, que sin duda lo fue en tiempo de los sarracenos».
A comienzos del siglo X, Alfonso III El Magno (866-909) reconquista y repuebla Tierra de Campos. Según el blasón heráldico de Herrín de Campos su color gules del campo del escudo rememora los riesgos de la villa en la defensa y conservación del enclave y de su correspondiente sector de comunicaciones del territorio. De esta suerte, Herrín de Campos se convirtió en lugar realengo de la Corona leonesa y, más tarde, de los Reyes de Castilla.
Siglo XIII: La villa es lugar realengo de la Corona leonesa y, más tarde, de los Reyes de Castilla al unificarse ambos reinos con Fernando III El Santo.
Siglo XIV: El infante don Pedro, hijo del rey Sancho el Bravo y de doña María de Molina, donó Herrín de Campos a la abadesa y monjas cistercienses del Monasterio de las Huelgas de Burgos.
Siglo XVI: Herrín de Campos apostó por el bando comunero, acogiendo a sus tropas durante más de dos meses.
La villa perteneció a Fernando IV, quien en el siglo XIV la vendió a su hermano el infante Don Pedro. Hijo del rey Sancho el Bravo y de Doña María de Molina, era entonces Señor de Herrín cuando donó la villa a la abadesa y monjas cistercienses del Monasterio de las Huelgas de Burgos para agradecerlas su futuro enterramiento en el mismo, como así sucedió.
Las autoridades de la villa prestaron el debido homenaje a dichas religiosas en su monasterio el día 10 de noviembre de 1319 y, desde entonces, Herrín de Campos fue Villa del Señorío Abadengo de las Huelgas de Burgos hasta que las Cortes de Cádiz abolieron privilegios, mercedes y señoríos de España en el año 1812.
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Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
Óscar Bellot | Madrid y Guillermo Villar
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