Castrillo de Duero: «Patrimonio de armas tomar»

De armas tomar, pero nada belicosas. Armas hospitalarias de un importante pasado. Heráldica para tomar el pulso a su historia esculpida de grandezas pasadas, labradas en piedra en los imponentes escudos nobiliarios que lucen varios inmuebles. Grandezas pretéritas y grandezas recientes como las del vecino más ilustre, este sí de armas tomar: Juan Martín Díez 'el Empecinado', de jefe guerrillero a mariscal de campo en la Guerra de la Independencia. Su vivienda y su figura perviven en el pueblo y como tal se distinguen.

De armas tomar y empecinada es también Lola Rodríguez, lo es en defensa del patrimonio de su pueblo, especialmente cuando formó parte de la corporación municipal llamando a incontables puertas para ello. Y la suya también es la mejor a la que llamar si se quiere conocer la historia del municipio y su tesoro patrimonial.

Tenía razón su madre cuando la decía que la Virgen a la que llaman la Socorrilla –Nuestra Señora del Perpetuo Socorro– no es a la que así llaman ahora, una bella talla gótica. La que antaño ostentaba esa advocación es románica, pero estuvo muchos años desaparecida. Apareció hace apenas 20 años durante unas obras en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, dando así la razón a la progenitora quien repetía que a la Socorrilla la faltaban dedos en una mano, como a la talla románica. En el templo se custodia ahora a las dos vírgenes, y a la patrona, una Asunción del XVIII que preside el presbiterio.

Los lustrosos escudos de dos enterramientos en el templo pertenecen a dos grandes familias: la de los Maeda, y de la que desciende Lola, los Bocos. Esta heráldica aparece en sendas casas nobiliarias del pueblo, así como en la de los Torre y Díez, la de los de Girón y otros tantos.

Las citadas obras, al retirarse el retablo mayor, barroco, también hicieron visibles las pinturas murales de la cabecera románica del templo. Su iconografía, muy difuminada, la preside un Pantocrátor rodeado del Tetramorfos, así como escenas de la Natividad y los santos Justo y Pastor.

La parroquia, de estructura barroca, excepto la cabecera, luce yeserías y cúpula al interior y chapitel de pizarra al exterior. Además de las vírgenes románicas, atesora un importante patrimonio, como los relieves de un retablo mayor renacentista de muy buena factura, con uno muy singular, el de Dios sosteniendo a su hijo crucificado. Una pila de agua bendita románica, un Cristo del XVII, varios retablos, bancos finamente tallados, tallas y pinturas embellecen el templo.