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Lo importante es llegar, queda claro. Alberto Mingueza

La trastienda de Pingüinos: ten cuidado con el fuego

La ministra Reyes Maroto anuncia que saldrá en el desfile de antorchas después de quemarse el pelo en el encendido de la falla del año pasado

Antonio G. Encinas

Valladolid

Viernes, 10 de enero 2020, 21:44

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Era día de balance político en Pingüinos y allá que aparecieron todos: alcalde, delegada del Gobierno, concejales, presidente de la Diputación Provincial... Y para el sábado se anuncia que vendrá Reyes Maroto, vallisoletana y 'reministra' de Industria. «Una grandísima ministra», defendió Puente por la mañana, después de dejar claro una vez más que lo de sentarse en el Consejo de Ministros no es para él, que le va más lo del bastón de mando de la Alcaldía de Valladolid. «Es una mujer muy seria, que conoce muy bien el mundo de la Industria», prosiguió Puente. Y se le olvidó decir que muy osada. Porque pocos se arrimarían al ascua del desfile de antorchas después del susto del año pasado, cuando al prender la falla pingüinera los vapores del combustible ardieron en el aire y las llamas se engancharon en su pelo. Quedó en el «¡huy!», pero parece que no le arredró. Porque en el desfile de antorchas es el pasajero el que porta la antorcha con la que se homenajea a los pilotos caídos. Es decir, que le toca a la ministra sostener la bengala.

Imagen del año pasado en el momento exacto en el que a la ministra Reyes Maroto se le agarraron las llamas al pelo. Gabriel Villamil

Y es que esto del fuego tiene su miga. Cada año, Cruz Roja monta su dispositivo en la zona de acampada. Este año, con cincuenta voluntarios, puestos de socorros básicos y avanzados, ocho vehículos, uno de ellos, el Punto de Alerta y Primeros Auxilios (PAPS); y los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias. Pues cada año se repite el balance: esguinces, cortes y quemaduras. Es cierto que de un tiempo a esta parte el número de incidentes se reduce. Fueron 72 atendidos en 2017, 60 en 2018 y 46 en 2019. Como si Pingüinos buscara otro récord, pero este a la baja.

Un compañero de viaje capaz de alegrar las penas. Alberto Mingueza.

Aunque este viernes no había peligro de fuego sí que hizo calorcete. Hasta 11º al mediodía. Lo que sirvió para que una de las moteras del grupo de canarios llegado el pasado miércoles aprovechara a tumbarse en el césped artificial de la carpa central al sol, quizá con añoranza de la tierra. Otros no se atrevieron a tanto, pero las sillas de las terrazas parecían girasoles en su empeño por buscar los rayos solares.

Al rico sol del mediodía en pleno invierno vallisoletano. Alberto Mingueza

Otros son maestros de las llamas. O mejor aún, de las brasas. Agarran la cazuela y te preparan un gazpacho de pescado al estilo mediterráneo, como los moteros de Gandía que luego posaban orgullosos para la foto con su perol. Solo el olor ya daban ganas de sentarse a la lumbre con ellos.

Estos moteros de Gandía posan con su gazpacho de pescado con justificado orgullo. Alberto Mingueza

Otros son más de parrilla, panceta, chorizo y costillas a la brasa. Por la mañana le preguntaron al alcalde por esa petición de varias asociaciones y organismos para que Pingüinos neutralice su huella de carbono. «Lo estudiaremos», dijo. «Somos respetuosos con el medio ambiente y con todas las personas», añadió José Manuel Navas, de Turismoto. En la petición se ponía como ejemplo la gala de los Goya, que hizo un estudio con el mismo objetivo. En los Globos de Oro, días atrás, el menú fue vegano. Pero mejor que esa propuesta no se quiera imitar en el pinar. Viendo el ir y venir de bocadillos y el trasiego de parrillas, parece casi seguro que no tendría mucho calado.

Parrilla en ristre, a la conquista del pinar. Alberto Mingueza

Y es que en Pingüinos hay mucho que hacer. Entre ir a un desfile, a otro, al concierto, tomar algo, comer, cenar... Casi no te da tiempo a nada. O sí. A algunos les da tiempo a pasear por la zona de acampada con un libro de Ken Follet de la mano. Ya saben, ese autor de 'best sellers' que no ha escrito nada con menos de quinientas páginas. Y claro, la cosa llama la atención. Resulta que en la zona de tiendas, Entre Líneas ha montado una carpita en la que invita a los moteros a llevarse un libro. «Libros gratis», dice bien grande. Y ojo, que hay clásicos como 'Archipiélago Gulag', de Alexander Solhenitsyn, o 'Coplas a la muerte de su padre', de Jorge Manrique. Aunque por la cara que ponía alguno mirando el mapa encima de la moto, quizá le habría venido mejor un 'Michelin' nuevo.

Consultando el programa de mano de la organización y con el mapa desplegado sobre la moto. Alberto Mingueza

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