Pilar Vicente: la portavoz bicéfala
Portavoces municipales: rivales y obligados a convivir ·
«Si hubiera una cámara en Platerías me vería corriendo de un lado para otro»La bicefalia, en ocasiones, puede conducir a padecer severos quebraderos de cabeza, sobre todo si se ejerce como portavoz en un Ayuntamiento y una Diputación que le han cogido el gusto a las comisiones de investigación. A Pilar Vicente, de Ciudadanos, le puede provocar, sin embargo, agujetas. Porque, según explica, lo suyo es correr de un lado a otro para llegar a tiempo a todo. «Lo llevo con ilusión», dice, «y corriendo de una institución a otra». Literalmente. «Si pusieran una cámara en Platerías me verían corriendo con los tacones de un lado a otro».
Y sonríe, porque a pesar de haberse granjeado fama de dura, de ser la que hace saltar los resortes del alcalde en los plenos municipales, asegura que tiene buen carácter. «Soy una persona sonriente, me gusta mucho reírme, pasarlo bien, pero la política es decir también lo que no funciona y soy guerrera con aquello que no funciona o que creo que no debe ser así porque no es bueno para la gente de la ciudad. Soy dura, contundente y trato de ser breve porque creo que los ciudadanos están un poco cansados de ese político que hace grandes discursos, que no dicen nada».
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Su relación con el regidor, Óscar Puente, es tensa. «Con este alcalde es complicado, hay mucho choque entre él y yo y es cierto que normalmente, cuando intervengo, me replica y me suelta una. Al principio no decía nada y respetaba el turno. Pero luego me cansé y le doy al micro y él suele callarme. A veces me ha dicho ‘señora Vicente, cállese’. Pero no me voy a callar», advierte.
También tienen sus más y sus menos en Twitter. Óscar Puente la ha bloqueado. «En el ámbito del Ayuntamiento se trata a veces de silenciarte, callarte, con el bloqueo del Twitter, que es una cosa que parece pequeña pero es un símbolo de cómo es la persona», asegura. «Yo soy contundente, dura, exigente, también conmigo misma, y que salga todo lo mejor posible».
A sus 32 años –apenas 30 cuando entró en el Ayuntamiento– provenía de la empresa privada, «era responsable de expansión de tiendas», un trabajo anónimo. Ahora convive con la fama que otorga la política, incluso a estos niveles. «Entré en un kiosco a comprar una revista y me dijo el dependiente ‘tú eres la de Ciudadanos, ¿no?’ Y como tenía una tele allí me dijo ‘cuando te veo en la tele eres más jovencita’. O ir con mis padres y que alguien se acerque, como me pasó en un café en el Teatro Calderón.Y mis padres se quedaron un poco así, como diciendo ‘la han reconocido’».
El hecho de ser tan joven no le arredra cuando se enfrenta con ciertas actitudes que considera denunciables. «Tengo 32 años pero ya tengo mucho vivido, aunque hay gente que lleva tanto tiempo en la institución que ha perdido la onda, o así lo veo yo. He vivido sola mucho tiempo, sé lo que es afrontar los gastos mensuales, he tenido dos trabajos a la vez, he estudiado y trabajado a la vez, sé lo que es el día a día de la gente y eso es lo que es importante en política», asevera, y desde esa premisa lanza una advertencia: «Hay gente que te encuentras que concibe la política para mejorar la vida de los demás y otra que es para ocupar una silla, que a lo mejor engaña o te ataca a nivel personal para que abandones este proyecto. Y no lo vamos a hacer».
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