
Lucha contra la despoblación desde la juventud
Los alcaldes de Villalón (PP), Pollos (PSOE) y San Pelayo (Toma la Palabra), tres de los más jóvenes, debaten para los lectores de El Norte sobre la situación del medio rural vallisoletano y los retos futuros
Las ganas, la ilusión y el entusiasmo de la juventud insuflan oxígeno en el día a día al frente de algunos de los ayuntamientos más importantes de la provincia de Valladolid. Son las armas con las que luchan, con las que plantan cara en la batalla de los problemas del medio rural vallisoletano, en los veteranos como la despoblación y en los más incipientes, como las nuevas tecnologías. Javier García, alcalde socialista de Pollos; Virginia Hernández, de Toma La Palabra en San Pelayo; y José Ángel Alonso, del PP en Villalón, son tres de los 16 regidores más jóvenes de la provincia. Representan a distintos partidos pero unifican en sus cargos los problemas y los retos más incipientes del medio rural. En un debate celebrado en El Norte de Castilla, estos tres alcaldes analizan la provincia, diseccionan los problemas y aportan posibles soluciones a temas como la despoblación, el desempleo o la vivienda.
–¿A qué retos se enfrenta el medio rural vallisoletano en la actualidad?
-Javier García: La gente mayor, la que no tiene hijos y vive sola, que está desamparada porque no tiene transporte público. Hace poco hemos conseguido la prueba del sintron, parece una bobada pero para las cuarenta personas que la necesitan, el hecho de poder tenerla en el consultorio médico es una de las mejores cosas.
-José Ángel Alonso: Hay tres frentes; la despoblación, la falta de trabajo y los servicios de calidad para que se quede la gente. La guardería por ejemplo es muy importante, porque junto con el colegio y el instituto garantiza la educación de los cero a los 18 años. Un joven que esté en Villalón hasta los 18 años vuelve, porque tiene un arraigo.
-Virginia Hernández: El reto más importante es el de la pérdida de población en mayúsculas y todo lo demás es secundario. Necesitamos políticas de vivienda mucho más agresivas y efectivas porque los jóvenes tenemos mucha dificultad de acceso a la vivienda en los pueblos pequeños. En cuanto a los servicios, necesitamos transporte, porque si tenemos una buena comunicación dará igual que no tengamos escuela.
–¿Cómo se puede frenar la pérdida de población?
-J. G.: Con vivienda, yo lo veo en Pollos, que hay gente que se quiere quedar en el municipio pero las casas que se venden son viejas y la mayoría no se quieren meter ahí. Deberían promocionar vivienda protegida para que la gente joven se quedara, porque no puede ser que vendan casas por 60.000 euros y la tengas que hacer nueva. Al final se van a Valladolid, se compran un piso y al pueblo vienen los fines de semana.
-V. H: Vivienda, vivienda y vivienda. Tenemos un millón de diagnósticos hechos y nadie da una solución. Tenemos un problema de vivienda muy grande, pueblos llenos de casas vacías que se nos caen. Cuando alguien como yo busca un terreno para su casa en San Pelayo te encuentras unos precios desorbitados. Y es un riesgo, porque si decides hacerte una casa en Pollos o en San Pelayo nunca va a valer nada.
-J. A. A.: Yo discrepo con los compañeros. La vivienda es un problema, pero veo familias que tienen casas estupendas en el pueblo y se han tenido que marchar porque no hay trabajo. Una casa es importante pero lo primero que necesita una familia son recursos económicos. Somos menos votos, pero hay que ser valientes y trabajar por los pueblos. ¿Cómo? Con trabajo, por ejemplo en Villalón se está haciendo una gran balsa de regadío que va a llevar a Tierra de Campos una superficie equivalente a 148 campos de fútbol para regadío.
–¿Qué políticas de empleo se deben aplicar en el medio rural?
-J. A. A.: Trabajo como el que hace la Diputación con los polígonos. Por ejemplo el de Villalón está al 100%. Es verdad que la administración publica no puede construir polígonos en todos los pueblos pero los municipios pueden dar facilidades que una ciudad no, con exención de impuestos o disponibilidad de terrenos.
-J. G.: Estoy de acuerdo con él en que los polígonos ayudan a que se quede la gente. Es una locura que todos los pueblos tengan polígono pero si Tordesillas por ejemplo tuviera el suyo al cien por cien, seguro que gente joven se quedaría en Pollos, porque les pilla a 14 kilómetros.
-V. H.: Cada comarca es un mundo. Y creo que tenemos ya la provincia colmada de polígonos industriales como para construir más. Sería una locura. Vamos a dotar de empresas a los que ya existen. Hay municipios donde no recibimos medio céntimo de dotación económica de administraciones superiores. Para mí los Planes Provinciales son como el maná. No me llega absolutamente nada. Pero mira, me conformaría con poder tener un Internet como el que puedes tener tú en Villalón, para que si alguien quiere montar un negocio le garanticemos un mínimo de 30 megas por segundo.
-J. A. A.: Pero en eso nos estamos dando la razón. Yo no digo que en San Pelayo haya que hacer un polígono pero a la gente de San Pelayo para que pueda vivir hay que acercarle unos servicios.
-V. H.: Por eso yo quiero transporte, que me lleve inmediatamente a mis centros de salud cuando lo necesito, que me pueda permitir ir a mi centro de trabajo si no está en San Pelayo, quiero Internet por si puedo tener un trabajo.
-J. G.: Es que eso es lo mínimo, el transporte e Internet.
-V. H.: Pues no lo tenemos.
–¿Todos los pueblos son salvables?
-J. G.: A lo mejor todos no son salvables pero tienen que estar ahí, sus habitantes tienen su amor propio y si con sus impuestos pueden mantener sus servicios, adelante.
-J. A. A.: Yo creo que todos los pueblos son salvables pero hay que hablar continuamente en el sentido comarcal, que todos los pequeños municipios estén adscritos a un núcleo de trabajo o de servicios. Acercarles esos servicios, una escuela para no marchar del municipio y tener sanidad o un cuartel cerca.
-V. H.: En esta pregunta hay siempre mucha hipocresía y casualmente los que somos de pueblos más pequeños somos los únicos que somos sinceros. Es mentira, por lo menos tal y como se expone ahora. Y está claro que no está habiendo una voluntad para que todos los pueblos sean salvables porque hay determinadas cosas que no se aplican. Hay que analizar los territorios con su casuística y el empuje que tengan los vecinos de cada población. Si tiene vida propia, población joven, economía no ligada únicamente a la agricultura o ganadería, evidentemente no va a morir o le será más difícil que a los pueblos que no se adaptan a la evolución de la sociedad. El documento sobre las 50 medidas para frenar la despoblación dice que no hay que tomar las decisiones de subvenciones en función del número de habitantes, y lo hacen tanto la Junta como la Diputación. ¿De verdad queremos salvar el medio rural con una Ley Montoro que no nos deja invertir el dinero que tenemos ahorrado? Tengo 100.000 euros en la hucha del ayuntamiento de San Pelayo que no me puedo gastar. ¿Sabes lo que podría hacer con ese dinero en un pueblo de 50 habitantes?
-J. A. A.: La Diputación de Valladolid, a la que yo defiendo a ultranza, muchas veces premia a los de menos población con algunas ayudas.
-V. H.: 23. 000 euros en Planes Provinciales ¿qué hago con ese dinero?
-J. G.: Casi te dan más que a mí en proporción.
-J. A. A.: Por eso te digo...
-V. H.: Pero es que las tuberías yo las tengo que cambiar igual, el alumbrado también...
-J. A. A.: Pero no se premia al que más habitantes tiene, eso hay que tenerlo claro. Ahora mismo por ejemplo nos acaban de dar una ayuda de fin de año para gasto corriente.
-V. H.: Tenemos los planes y esa ayuda de actividades y servicios. Desde ahí yo me voy de todas las demás.
–¿Tenéis más facilidades por ser jóvenes en la época de las nuevas tecnologías?
-J. G.: Tenemos las mismas facilidades, además de ser jóvenes y tener Internet y estudios es importante tener buenos funcionarios para que te sepan asesorar. Yo tengo secretario todos los días y muchos temas que no sé o dudo, me lo resuelve.
-José Ángel Alonso: Sí es importante tener una preparación. Gestionar el dinero público es lo más sagrado y creo que lo más importante es que la persona que lo gestiona tenga unos conocimientos mínimos.
-Javier García.: Yo tengo menos preparación que tú y a mi lo que me ha enseñado son los diez años que llevo en el ayuntamiento, la experiencia.
-Virginia Hernández: Lo que nos ayuda de ser jóvenes es sobre todo las ganas y la ilusión con la que podemos llegar a un determinado proyecto, más que la formación que podamos tener porque yo soy licenciada en Filosofía Hispánica, así que esos estudios poco me han ayudado.
–Si ponéis en una balanza los pros y contras. ¿Merece la pena ser alcalde?
-J. A.A: Lo que me exige Villalón, las tortas que me llevo todos los días, económicamente cobro 800 euros...
-V. H.: Ya lo quisieran la mayoría de los ayuntamientos...
-J. A.A: 800 euros que al final me exige como mínimo tres o cuatro días a la semana.
-J. G.: Pues imagínate yo con 365 euros y voy todos los días al Ayuntamiento.
-J. A.A: Lo haces porque es tu pueblo. Si otro del tamaño del mío me ofrece ser alcalde con estas mismas condiciones yo diría que no.
-J. G.: Cada uno es alcalde porque te tira tu pueblo no por lo que vayas a ganar, porque solo los disgustos que te dan a veces dices...uff, pero al final te quedas.
-V. H.: Depende del día. Es verdad que cuando llegan las satisfacciones y las alegrías dices; ha merecido la pena todo esto, pero es una labor muy ingrata. La balanza es positiva porque sí me planteo volver a presentarme pero al final los éxitos son del pueblo y los fracasos son tuyos.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.