La Feria de Muestras de Valladolid 60 años después: del bocata de jamón al tractor del padre de Superman
Expositores clásicos como los de alimentación, mobiliario y coches de ocasión conviven con propuestas de ocio para niños y una exposición de vehículos agrícolas históricos en el veterano certamen
La primera Feria de Muestras de Valladolid tuvo lugar hace casi un siglo. Fue entre el 15 y el 30 de septiembre de 1935, y a falta de sede se instaló en el Campo Grande. El certamen fue ganando fuerza y el 7 de septiembre de 1965 estrenó el actual recinto de Huerta del Rey, donde al año siguiente se montó nada más y nada menos que la ermita de Bercero e incluso se construyó una plaza de toros. Una pujanza que fue a más, hasta el punto de que en 1976 fue inaugurada por el rey Juan Carlos I y en 1994 el nuevo auditorio se puso de largo con una conferencia del expresidente de Estados Unidos George Bush padre.
De todo esto y más da fe una exposición organizada con motivo del 60 aniversario del complejo de la avenida de Ramón Pradera, que incluye desde un cronograma con los principales hitos al libro inicial de actas de la Institución Ferial, varios catálogos antiguos y fotografías de personajes insignes que la recorrieron como Miguel Delibes, Concha Velasco, Félix Rodríguez de la Fuente o Carmen Sevilla. Instalada en el vestíbulo de acceso, cuenta además con un muro donde el público puede dejar testimonio escrito de sus recuerdos en tarjetones editados al efecto, así como un plano antiguo con la distribución de los numerosísimos participantes que había en la década de los sesenta del siglo pasado.
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La cita ha cambiado mucho respecto a esa época dorada, como reconocía este miércoles el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, durante la apertura de la edición 2025. «Poco tiene que ver con la que entonces se produjo (en referencia a la de 1965) porque las nuevas tecnologías, la evolución en definitiva de la sociedad, ha hecho que tenga otra dinámica», centrada en «tres puntos relevantes, el ocio, el comercio y el turismo». Eso no impide, según ha destacado el presidente del Comité Ejecutivo de la Feria, Víctor Caramanzana, que continúe siendo tanto «una herramienta para conseguir que la economía de Valladolid y de Castilla y León sea más productiva y más competitiva» como «un referente», «porque estamos entre las diez mejores que hay en España».
Entrada gratuita y degustaciones
La denominación oficial es 'Feria, tu espacio de ocio y compras', y estará abierta entre este miércoles 10 y el próximo domingo 14 de forma ininterrumpida entre las 11:30 y las 21:00 horas, con entrada gratuita. Su lema va en consonancia con lo que pueden encontrar en su interior los visitantes, a los que esperan un parque de aventuras infantil en la plaza principal y sobre todo un centenar de expositores entre los que son mayoría los que ofrecen mobiliario y otro equipamiento para el hogar –desde colchones a sartenes, robots de cocina, textiles, menaje y objetos de decoración– y una amplia variedad de productos de alimentación.
Entre estos últimos destaca Embutidos Ballesteros, «uno de los más antiguos aquí, si no el que más», puesto que suma 46 años consecutivos de presencia «por corazón, porque reforzamos a nuestros clientes y porque siempre se hacen clientes nuevos». Lo explicaba Elier Ballesteros, el CEO de la empresa familiar que fundaron sus padres en Toro allá por 1964, que hoy tiene «más de 55 empleados» y diez tiendas propias entre esa localidad, Zamora, Salamanca y la capital vallisoletana, donde está «una de las más antiguas, la de la estación de autobuses», a la que se añadirá próximamente otra en la plaza Circular. Este «fabricante al consumidor, como se decía antiguamente» tiene un mostrador repleto de jamones, paletas, lomos, chorizos y otras delicatessen del cerdo en torno al que había colas en busca de su famoso bocadillo ibérico, acompañado de una bolsa de patatas y bebida a elegir, por 7 euros. «Es una tradición que vengan familias a comerlo o a llevárselo para las casetas y la verdad es que te da mucha satisfacción que te digan que vienen porque no les sale tan rico en casa», confesaba con satisfacción.
La DO Baena freirá 500 huevos en su aceite de oliva este jueves para promocionar «el oro líquido de Andalucía»
Justo al lado se ubica el estand de la DO Baena, que en contraste con el anterior desembarca por primera vez en el certamen. Desde el Consejo Regulador la técnico de promoción María José Feria, que bromeaba con que hace honor a su apellido con su trabajo, señalaba que el objetivo que persiguen es «que Castilla pueda conocer un poco el oro líquido de Andalucía y más concretamente de Córdoba, ya que es un aceite muy especial». «Somos la única denominación de origen que es plurivarietal en el mundo, tenemos más de veinte variedades de aceituna reconocidas, y lo que traemos es el zumo de esa macedonia de fruta», detallaba, para añadir acto seguido que aunque «las que más predominan son la picudo, picual y hojiblanca, hay otras autóctonas del terreno que solo están en nuestros olivares», como «la pajarero, chorrúa, hendero o la nevadillo blanco y azul». Entre las iniciativas para difundir sus bondades llaman la atención dos: la bautizada 'Échale huevos al aceite', prevista este jueves al mediodía y que consiste en «freír 500 huevos para todo el que venga», y «una salmorejada popular» el viernes a la misma hora.
Descuentos de hasta 3.000 euros
Como es habitual el motor también tiene un espacio destacado, con un pabellón entero dedicado al caravaning y a la edición estival de Feriauto, el Salón del Vehículo de Ocasión. Se trata de «un mercado que está ahora mismo más en auge que el del nuevo, porque hay mucha incertidumbre en ciertas cosas, pero por otro lado en la comparativa de precios con un coche nuevo de las mismas características que tenga pocos kilómetros y tres o cuatro años de antigüedad el ahorro es bastante considerable», señalaba Alberto García, vendedor de Autoroyal. Esta compañía, que lleva alrededor de veinte años acudiendo porque «nos aporta sobre todo visitantes, al final el tránsito de gente es lo que hace que esto se mueva y que funcione», publicitaba mediante llamativos carteles descuentos que oscilan entre los 2.000 y los 3.000 euros en los 34 turismos de gasolina, diésel e híbridos estacionados en el complejo.
Los que no están a la venta, porque de lo que se trata es de que pueda disfrutarlos todo el mundo, son los 26 tractores antiguos que se pueden admirar en el recinto gracias al buen hacer y la generosidad de José Luis Horcajo, que ha contado con la colaboración de la Fundación Caja Rural de Zamora. El empresario segoviano de 83 años ha dedicado su vida profesional a la maquinaria agrícola, y de ahí surgió su ilusión por restaurarlos y coleccionarlos. Tiene más de un centenar en el museo que abrió en Valverde del Majano, «que es para mis seis hijos», sentenciaba, al tiempo que reconocía que «yo he disfrutado mucho de esta afición, la que menos ha disfrutado ha sido mi mujer, porque bajaba al taller y me olvidaba y porque viajaba mucho». A su lado estaba precisamente su esposa, Mari Carmen Llorente, que aprovechaba la ocasión para reivindicar que su marido reciba un reconocimiento a su labor «en vida». El veterano es un McCormick de 1923 de fabricación estadounidense y el más moderno un pequeño John Deere de 1988, pero con el que se fotografiaban ambos era con un curioso IH Farmall rojo de 1955, francés, que tenía la peculiaridad de que «era con el que salía arando el padre de Superman en la película cuando caía el meteorito», según relataba sonriente el hijo del propietario, que comparte nombre con su padre.
De origen galo es asimismo Jean Christian Girard, representante de WoodSolid, marca de origen portugués que ha regresado a la feria con el propósito de difundir las bondades de sus «muebles de madera maciza de roble y cerezo» producidos en Oporto porque «esta es una zona buena de venta». No es el único extranjero, puesto que además de él hay comerciantes de Marruecos, India y distintos países de Latinoamérica.
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