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Los más pequeños del barrio estrenan el tobogán del parque infantil el 11 de marzo de 1962. EL NORTE

Los niños del barrio de San Juan

El parque infantil, inaugurado hace 60 años, transformó radicalmente aquel abandonado y sucio erial

Martes, 29 de marzo 2022, 00:03

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Aquello fue una simpática avalancha nunca vista hasta ese momento en el barrio de San Juan. El alcalde acababa de dar el pistoletazo de salida al grito de «¡Abrid las puertas!». En ese momento, cientos de niños se lanzaron a conquistar el nuevo espacio creado para ellos, provisto de tobogán, bancos de colores, fuente central, columpios y un amplio terreno libre de asfalto merced a la plantación de castaños de Indias, bojes, palmeras y «una gran pradera». Era domingo, 11 de marzo de 1962, hace ahora 60 años. Los vecinos de San Juan, que habían adornado sus balcones con banderas, no ocultaban su satisfacción.

Los años 60 habían transformado definitivamente aquella antigua zona agrícola en un barrio obrero e industrial en el que nuevas promociones de viviendas acogían a numerosas familias trabajadoras procedentes del entorno rural. Eran tiempos de avance económico y desarrollo industrial, pero también de demandas vecinales. Entre ellas, las que en marzo de 1961 llegaron a la redacción de El Norte de Castilla denunciando «el absoluto abandono» de la Plaza de San Juan, con algunos bancos destrozados y otros sin asiento y repletos de suciedad. El alcalde, Santiago López González, no dudó en acercarse al lugar, que en aquel momento era incluido en la periferia de la capital vallisoletana, para prometer que arreglaría todos los desperfectos y acometería las obras necesarias para transformar aquel entorno en uno nuevo y más agradable.

El edil cumplió su promesa y en la sesión del Consistorio del 21 de diciembre de 1961 se aprobó la moción de la alcaldía consistente en construir un parque infantil, transformando aquella «antiestética plaza en un paraje alegre, simpático y útil». Los vecinos más veteranos, como Arturo Calvo, recordaban con cierta tristeza la transformación de aquel espacio, que a principios de siglo estaba casi todo formado por jardines y disponía de una zona central trazada en círculo y pavimentada con piedra y tierra. Unos tiempos, proseguía Calvo, en los que se enorgullecían de unas fiestas que traspasaban el estrecho marco provincial con sus diversiones, columpios, bandas de música y corridas de toros, sin olvidar aquellas verbenas amenizadas por el industrial Nicasio Pérez con dos grandes barriles, uno de vino y otro de leche.

Por eso aquel domingo de hace 60 años salió el barrio en tromba a festejar la inauguración del nuevo parque infantil, 2.800 metros cuadrados provistos de «dos grandes macizos laterales que dividen un extensísimo andén central cubierto de arena finísima». Junto a los bancos y los columpios, la nueva plaza disponía de un quiosco destinado a revistas infantiles y golosinas, una «edificación de proporciones poco estéticas para wáteres, y un bar, donde, naturalmente, se halla prohibida la venta de bebidas alcohólicas». Antes de que el alcalde mandara abrir las puertas y diera rienda suelta a la alegría de los cientos de niños que aguardaban impacientes, el párroco, Alfredo Morante, dio su bendición.

Imagen principal - Los niños del barrio de San Juan
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«Esta plaza, que se había transformado en erial, necesitaba de un pulmón, como así se consideran en toda capital dichas zonas verdes, y aquí os lo entregamos. Todo se ha hecho con dinero de los contribuyentes y nuestra misión, exclusivamente, es administrar bien esas cantidades en beneficio de los vecinos. Estamos seguros de que vais a cuidarlo, y ahí está, a disposición de todos», indicó el alcalde. Entre el público asistente sobresalían los apellidos de familias vinculadas desde siempre al barrio de San Juan, como «los Calvo, Valle, Montero, Llorente, Altés Villanueva, Sánchez Balado, Boigas y Cuadrillero». El horario de apertura del nuevo parque infantil era de nueve de la mañana a once de la noche del 1 de abril al 30 de septiembre, y de 10 de la mañana a seis de la tarde del 1 de octubre al 31 de marzo.

El acto finalizó a las dos de la tarde. Justo en ese momento, una mujer que debía de conocer al periodista de El Norte se acercó a él para pedirle que publicara un ruego: «Por favor, recuerde usted la obligación que todos tenemos de respetar el parque y cuanto en él se encierra. No pase como en la plazuela Circular, donde a pesar de la buena voluntad del Municipio, hoy tiene sus macizos en gran parte destrozados». Lamentablemente, nueve años después, este periódico denunciaba que la Plaza de San Juan tenía su fuente desprovista de agua, que algunos juegos infantiles ya estaban deteriorados, que las escaleras de sus toboganes carecían de peldaños y que el único andén o paseo apenas tenía arena.

La última remodelación de la Plaza de San Juan data de 1998: además de la nueva zona de juegos infantiles, aquel verano se instalaron bancos, la fuente actual, vallas de protección y una escultura en bronce que representa a María Pía, una niña de diez años, obra de la escultora vallisoletana Ana García Cavero.

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