De Boecillo a la elite de España
Germán Gamazo, fallecido hace 120 años, dominó la política vallisoletana, ejerció varias carteras ministeriales y abanderó una poderosa disidencia liberal
«Amantes como somos de Castilla, defensores de sus intereses y entusiastas de sus glorias, apenas hallamos palabras con que expresar nuestro profundo duelo ante la pérdida irreparable que sufre la región con la muerte de don Germán Gamazo». Las líneas anteriores se publicaron hace justamente 120 años. El Norte de Castilla lamentaba así el fallecimiento de uno de los políticos más relevantes de la España de finales del siglo XIX, un auténtico líder para muchos y un modelo de cacique para quienes han abordado la naturaleza del poder en la Restauración canovista. Era el 22 de noviembre de 1901 cuando Germán Gamazo Calvo, apodado «el autócrata de Boecillo», fallecía en Madrid víctima de una triple lesión pulmonar, cardiaca y estomacal.
Creador de una larga dinastía política que habría de continuar su cuñado Antonio Maura, Gamazo ha sido caracterizado como el ejemplo de político profesional que, partiendo de unos orígenes relativamente modestos, logró acceder a una elevada posición social. Su padre, Timoteo Gamazo, ejerció primero como maestro de escuela antes de gestionar la herencia de su abuelo y encargarse de la escribanía municipal y de la secretaría del Ayuntamiento de Boecillo. Gracias a dicha herencia pudo diversificar sus actividades económicas comprando acciones del ferrocarril Alar del Rey-Santander, luego abrió una notaría en la capital vallisoletana y llegó a adquirir un importante patrimonio agropecuario procedente, en buena medida, de bienes desamortizados.
Gracias a ello, nuestro protagonista pudo acceder a la educación necesaria para destacar en la vida pública. Tras cursar las primeras letras en Boecillo, donde había nacido el 28 de mayo de 1840, ingresó en el Seminario Conciliar de Valladolid; aquí obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía y comenzó a estudiar Teología y Cánones. Completó los dos últimos años de Filosofía en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, donde en 1855 obtuvo el grado de Bachiller. Licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid en 1861, cuatro años después obtenía en Madrid el título de doctor en Derecho Civil y Canónico.
Estableció relaciones profesionales en Madrid con lo más destacado de la abogacía del momento, consciente de que la formación jurídica constituía un instrumento de primer orden para hacer carrera en la Administración y terminar saltando a la política o crear influyentes bufetes de abogados. Así, además de ingresar en la Academia de Jurisprudencia, contactó con personalidades tan relevantes como Moret, Silvela, Nocedal, Aguilera o Piernas Hurtado. Muy pronto comenzó a trabajar como pasante para Silvela mientras trataba de mantener su bufete particular.
En 1872 contrajo matrimonio con Irene de la Mora Varona, hermana de su amigo Julio de la Mora, miembro a su vez de una importante familia de propietarios y comerciantes santanderinos que mantenía estrechos lazos con destacadas familias acaudaladas, como los De la Cuesta. Sin embargo, ella moriría dos años después, víctima de una enfermedad hepática. En enero 1880 se casó en segundas nupcias con Regina Abarca y Flejo, su cuñada, después de que enviudara del citado Julio de la Mora, con quien había tenido tres hijos. Como señala Esther Calzada, mientras Gamazo procedía de una clase media muy limitada del medio rural, Regina pertenecía a una familia de importantes comerciantes y banqueros santanderinos.
Su amplia familia le permitiría establecer una extensa y complicada red de relaciones, en la que se entremezclaron los intereses económicos y políticos. Además del matrimonio de su hermana Constancia con el que pronto será su protegido, Antonio Maura, sus hijos emparentarán con familias de la aristocracia vallisoletana –Pimentel– y catalana –Arnús, Güell–. Su longeva trayectoria política comenzó en 1871, año en que logró el acta de diputado en Cortes por el distrito de Peñafiel. Apadrinado por Manuel Alonso Martínez, ingresó en el Partido Liberal de Sagasta. Fue ministro de Fomento (1883) y de Ultramar (1885-1886) antes de liderar su propia disidencia, el poderoso gamacismo, que abanderó la protección de los productos agrarios castellanos ante circunstancias como el negativo impacto de la crisis económica sobre los precios agrícolas, los cambios en el mercado de los vinos a raíz de la filoxera francesa, y la competencia del trigo barato procedente de Estados Unidos. Su máximo órgano de presión fue la Liga Agraria.
Recompensado en 1892 con el Ministerio de Hacienda, contaba con su propio medio de propaganda, 'El Eco de Castilla', adquirido en 1884 y eficaz arma periodística a favor de sus iniciativas. Pero Gamazo también copó de manera absoluta los resortes del poder municipal, de modo que Ayuntamiento y Diputación serán gamacistas hasta poco antes de su muerte. Su nombramiento como ministro de Fomento, en 1898, marcó sin embargo el final de su estrella. En las elecciones del año siguiente, el gamacismo sufrió una derrota severa. De igual manera, los comicios municipales de octubre de 1901, a un mes escaso de su fallecimiento, supusieron el punto final del poder gamacista en la provincia de Valladolid. Era la hora de Santiago Alba. Su cuñado, Antonio Maura, heredará la disidencia gamacista y la transformará en maurismo, dando así continuidad y, en cierto modo, modernidad al viejo discurso decimonónico, si bien ahora en las filas del conservadurismo.
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