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En el vasto universo de la música, donde la tecnología y la creatividad convergen, se encuentra Eduardo Tarilonte. Él es músico de formación, compositor de ... corazón y desarrollador de renombre, que se dedica al diseño sonoro. A través de diferentes tipos de software digitaliza el sonido de instrumentos y voces, que posteriormente son utilizados por compositores tan importantes como Hans Zimmer, James Newton Howard, David Newman o Alberto Iglesias, entre otros muchos.
Palentino de nacimiento y vallisoletano de sentimiento, Tarilonte descubrió su pasión por la música cuando con tan sólo 7 años, escuchó por primera vez un acordeón. Aquel instrumento le enamoró para siempre y viendo series como 'Luz de Luna' o 'Norte y Sur' empezó a soñar con la idea de convertirse en compositor de melodías televisivas. Sus ganas de aprender eran tan grandes que aunque estaba matriculado en el conservatorio, comenzó a explorar nuevos horizontes musicales de forma autodidacta. Así aprendió a tocar también el arpa, el teclado, el shakuhachi (flauta japonesa) o la flauta india, entre otros.
Tocó en diversas bandas de música folk, celta y rock, al tiempo que componía melodías para documentales y programas de televisión. Fue en 2004 cuando descubrió que quería convertirse en desarrollador de bibliotecas de sonidos. Su primera creación, 'Celtic Wind', que se lanzó al mercado en 2006 fue un éxito entre la crítica. Desde ese momento Eduardo no ha dejado de sacar nuevas bibliotecas a través de la plataforma alemana Best Service y todas, con excelente acogida. Es el único en España en este arte y uno de los precursores a nivel mundial. «A la hora de grabar una guitarra, por ejemplo, hay que hacerlo nota a nota y con distintas intensidades. También los acordes y las transiciones hasta tener todo el rango dinámico. Una vez que está todo grabado, se mete en el software y se edita, de forma que luego, los compositores, puedan ir seleccionando las notas que desean para sus bandas sonoras. El resultado final, es como si estuvieran tocando ese instrumento de verdad. En España no conozco a nadie que haga lo mismo que yo. En otros países si hay músicos dedicados a crear bibliotecas. Pero cuando yo empecé, éramos muy pocos», explica.
Su estudio está equipado con la última tecnología y es el santuario donde da vida a sus instrumentos virtuales. Para él es importante la meticulosidad y rigurosidad en la postproducción, con el fin de asegurar la autenticidad del sonido. «Si yo me dedico a esto es porque lo que me inspira de verdad es el sonido, que para mí está por encima de la música», dice.
A lo largo de sus años en la industria, Tarilonte nunca se ha conformado. Siempre está buscando nuevos horizontes sonoros. Ha creado bibliotecas de sonidos celtas, medievales, de Oriente Medio, de sonidos de meditación y de instrumentos prehispánicos y así llegó un momento en el que quiso probar a crear también bibliotecas vocales. La primera fue 'Shevannai', que surgió inspirada por El Señor de los Anillos. Luego llegaron también 'Cantus' y 'Mystica' con las que ha logrado capturar la esencia de coros gregorianos y femeninos de manera única. Siempre con un sonido auténtico y evitando la artificialidad. «Cuando hago una librería, me gusta que ésta cuente una historia. Por ejemplo, para hacer la de instrumentos medievales, grabé más de 30 instrumentos de la época y contacté con músicos entendidos en la materia para que tocaran cada nota», explica. «Cuando hice la de canto gregoriano, tuve la suerte de que Michael Cretu, del mítico grupo Enigma la utilizara para su último disco. Me hizo una muy buena reseña y aquello para mí fue un sueño hecho realidad», confiesa este músico que también crea fascinantes paisajes sonoros.
Su proceso creativo arranca con la concepción de la idea y una cuidadosa selección de los músicos e instrumentos. Después vienen intensas sesiones de grabación para finalizar con la edición, una fase que requiere de una precisión casi quirúrgica. La magia se hace cuando integra las grabaciones en un software especializado, que permite a los compositores interpretar y utilizar estos instrumentos virtuales con un teclado, de tal forma, que pueden disfrutar de la experiencia de componer como si estuvieran tocando instrumentos reales. Este proceso ofrece un nivel de flexibilidad y control sin igual a los compositores, que pueden variar cada elemento de la interpretación, desde la velocidad de las notas hasta los matices más sutiles, permitiendo la creación de composiciones musicales con una autenticidad sorprendente. Las melodías de muchos de los videojuegos más importantes como The Witcher, Assassins Creed, World of Warcraft o Final Fantasy, están creados a partir de sus librerías. «Al grabar una biblioteca la autenticidad es esencial. Es importante mantener la consistencia en las grabaciones, capturando cada matiz, nota, adorno e intensidad de manera fiel», recalca este gurú del sonido digital.
Tarilonte es un pionero a la hora de fusionar la creatividad artística y las posibilidades infinitas que ofrece la tecnología. Su talento ha sido reconocido con numerosos premios de las revistas más prestigiosas, como MusicTech, Computer Music o Sound on Sound, entre otras, que han elogiado su enfoque innovador y su contribución a la evolución del paisaje sonoro digital.
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