El colegio Miguel Hernández de Valladolid denuncia la falta de limpieza y pide la reparación urgente de su parque

La mayoría de basura se acumula en la esquina del colegio que colinda con la calle del Camino Viejo del Polvorín, que une la calle Tordo con el Paseo de Juan Carlos I. Detrás de un matorral se aglutinan envases de plástico, cartones y bolsas.

Respecto al deterioro material, las quejas se centran en el envejecimiento de algunos juegos para los niños. «Esos mismos columpios estaban aquí cuando era pequeña y acudía a este colegio», dice una madre del centro. «Hace tiempo que retiraron la rampa del tobogán», afirma un padre. También reclaman la renovación de una papelera con la madera astillada que está situada frente a las verjas del paseo del Cauce.

Pero la denuncia principal incumbe a una arqueta sin tapa. «Allí juegan los niños y pueden torcerse un tobillo», advierten con preocupación los padres de los alumnos del centro escolar.

¿A quién le incumbe solucionar esta situación? Además de los padres –y de los propios hijos– hay tres agentes implicados: la dirección del colegio, el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León.

El centro tan solo tiene la obligación de pasar parte al Ayuntamiento o a la administración regional en caso de que se produzca algún inconveniente. «La limpieza se produce a diario y cuando hemos pasado algún parte al Ayuntamiento, han buscado una solución rápidamente», aseguran fuentes del centro educativo, quienes también se han visto sorprendidas por el malestar de los padres: «nadie ha venido a quejarse anteriormente», afirman.

El Ayuntamiento es el encargado de velar por el correcto mantenimiento de las instalaciones. A la institución le atañe la limpieza del patio, la reparación de los desperfectos ocasionados en el edificio y el pago de las cuotas de luz y agua. En ese sentido, la concejala de educación Victoria Soto, reconoce desconocer la situación y se ha comprometido a solucionar los malentendidos –tapar la peligrosa arqueta e informar al servicio de limpieza que tienen contratado de aquellos puntos con más volumen de basura acumulada– en los próximos días.

Es la Junta de Castilla y León quien debe ocuparse de la reparación de los columpios del parque, si así lo considera oportuno. Soto sopesa que debe estudiarse la situación para decidir si hay un riesgo real para los niños. En caso afirmativo, pese a que no es de su competencia, añadió que el Ayuntamiento puede arreglar los desperfectos o retirar los columpios que se encuentren en mal estado.

El consejero de Educación de la Junta, Fernando Rey, acudió el 4 de abril de 2016 al colegio público Miguel Hernández para anunciar que su departamento trabajaría en la elaboración de una estrategia para evitar centros educativos en los que se acumule un porcentaje desproporcionado de alumnos de diferentes etnias o nacionalidades. «Vamos a intervenir sobre centros gueto porque un sistema educativo de calidad no puede conformarse con esta situación», afirmó entonces Fernando Rey.

Padres del centro aseguran, no obstante, que la situación no ha cambiado tres años después ya que, desde los cursos de preescolar hasta tercero de primaria, la mayor parte del alumnado es de etnia gitana. En ese sentido, Soto alerta de que en la ciudad existen varios colegios en los que se da una situación similar.