La marcha contra el cáncer reunió el otoño pasado a cerca de 58.000 inscritos. GABRIEL VILLAMIL

De la caminata solidaria al dorsal 'on-line': así se reinventan las marchas del cáncer o de la diabetes en Valladolid

La pandemia ha obligado a suspender las marchas multitudinarias con las que las ONG recaudaban fondos. Ahora, sustituyen las carreras por campañas y cuestaciones en Internet

Víctor Vela

Valladolid

Martes, 3 de noviembre 2020, 07:09

No hay lugar este año para la solidaridad en zapatillas de deporte, para la caminata benéfica, los kilómetros de asfalto por una buena causa. La pandemia ha hurtado a las ONG uno de sus principales escaparates: las marchas solidarias con las que recaudaban fondos para financiar proyectos de investigación, garantizaban un colchón a su actividad cotidiana y, al mismo tiempo, conseguían visibilidad para sus causas al reunir a cientos, miles de personas con mallas y camisetas de colores.

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En estas semanas de finales de octubre y principios de noviembre, Valladolid tendría que haber salido a la calle para colaborar con la Marcha contra el Cáncer (56.478 dorsales, 58.000 asistentes con los participantes de última hora el año pasado), la caminata del Banco de Alimentos (dos mil participantes en 2019), la legua del daño cerebral adquirido (más de mil), la carrera contra la diabetes (3.500). El coronavirus –nada de aglomeraciones, restricciones, distancia social– ha trastocado todos los planes y obligado a las asociaciones y entidades a buscarse un plan b que pasa, casi siempre, por las cibermarchas, la telesolidaridad, el compromiso confinado.

La gran marea verde de la marcha contra el cáncer (era la más numerosa de España, cada año garantía de un nuevo récord de participación) ha devenido este otoño en oleaje por Internet. La convocatoria alcanza su novena edición y abrió inscripciones el pasado 25 de octubre. Ya se han apuntado 8.271 personas (www.aecc.es/es/la-carrera-mas-larga/valladolid). Cada uno de estos dorsales 'on-line' se traducirá en kilómetros solidarios. Una inscripción, un kilómetro. «El objetivo es recorrer la mayor distancia posible para hacer llegar a cualquier parte del mundo la solidaridad de la ciudadanía vallisoletana. El año pasado, si cada participante hubiera recorrido un kilómetro, habríamos dado la vuelta al mundo». El reto para este 2020 es ver hasta dónde se podría llegar. De momento, con esos 8.271 kilómetros, ya se ha alcanzado Río de Janeiro (a 8.192 kilómetros desde Valladolid) y, hacia el otro lado del mundo, se roza Calcuta (a 8.602 kilómetros).

El plazo para participar permanece abierto hasta el 8 de noviembre (fecha en la que, en condiciones normales, se habría celebrado la marcha física). La aportación mínima es de 5 euros (el año pasado se lograron 300.000) y el dinero obtenido se destinará íntegramente a financiar proyectos de investigación contra el cáncer. Al ser imposible la imagen de todos los corredores unidos, la organización anima a subir una foto a las redes sociales con la etiqueta #lacarreramaslarga, con el objetivo de lograr visibilidad.

Caminata del Banco de Alimentos, Legua del Daño Cerebral y carrera contra la diabetes, el año pasado. V. V. / HENAR SASTRE

«Una de las grandes misiones de estas marchas es concienciar sobre nuestra labor, que se conozca lo que hacemos. Más allá de la recaudación que se obtenga, lo importante es ese escaparate social», asegura Javier García Iglesias, presidente de Adiva, la asociación Diabetes Valladolid, que a mediados de noviembre, desde 2015, convocaba una carrera solidaria. «Nos servía, sobre todo, para desplegar una campaña de concienciación. El año pasado murieron 25.000 personas por diabetes en España (fueron 1.100 en accidentes de tráfico), casi siempre porque no se ha alcanzado una detección precoz. En Castilla y León hay 180.000 diagnosticados (32.000 en Valladolid), pero se calcula que el número real es de 300.000 personas con diabetes en la comunidad. La marcha nos servía para hacer glucemias, informar sobre los síntomas que deberían ponernos en alerta (problemas de visión, renales, heridas que no cicatrizan). Este año, como alternativa a la marcha, Adiva plantea instalar el 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, siete mesas informativas por la ciudad, con la implicación de médicos, enfermeros, farmacéuticos y nutricionistas.

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La asociación Camino, de daño cerebral adquirido, ha tenido que suspender la legua que este mes habría celebrado su séptima edición en el barrio de Delicias. El año pasado recaudaron 5.000 euros y ese dinero, junto a otras actividades también canceladas (el encuentro de coches antiguos en el Campo Grande, el encuentro anual de voluntarios) ha mermado los ingresos del colectivo. «A nosotros nos hunde», reconoce Conchita Tomillo, tesorera de un colectivo que reúne a 80 afectados, «cuando en la provincia hay más de cuatro mil personas con daño cerebral». «La unión es importante, para mejorar las terapias, la información y respiro para los familiares», asegura Tomillo.

La imposibilidad de celebrar las marchas solidarias también ha afectado al Banco de Alimentos, que no solo ha anulado la marcha que solía celebrar a mediados de octubre, sino que también ha tenido que cancelar todas las operaciones kilo desde mediados de marzo. Entre el 16 y el 22 de noviembre celebrará la gran recogida que, cada año, permite llenar sus despensas solidarias con víveres para varios meses. Este 2020, no habrá recogida física de alimentos, sino que los ciudadanos podrán hacer sus aportaciones económicas en las cajas de los supermercados. El dinero servirá para comprar esos kilos de comida para familias desfavorecidas.

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