El biógrafo en 3D de Fernando Alonso

Los caminos de la creatividad son insondables y sorprendentes. Algo que sabe muy bien el joven vallisoletano Felipe Urbón Gallardo 'Pipe', que a sus 26 años tiene como peculiar afición construir con una impresora 3D maquetas de todo lo relacionado con el piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso. Es seguro que detrás de esta inquietud se encuentra la vena emprendedora como cuarta generación de una saga de empresarios de Medina de Rioseco que, con el nombre de Felipe Urbón, llevan décadas incorporando al campo regional y nacional la más innovadora maquinaria agrícola.

Fue en el año 2020, durante la pandemia, «con mucho tiempo por delante y un mal momento en lo personal», cuando Pipe se puso a indagar cómo podría atesorar una réplica en pequeño de todos los cascos del asturiano Fernando Alonso para tenerlos en casa, ya que «siempre me ha gustado mucho el deporte, en especial la Fórmula 1». Como se le da bastante bien la informática, compró una impresora 3D que le permitió «hacer piezas que no podía hacer de otra manera».

Tras muchas horas de prueba y error, de ir aprendiendo sobre la marcha, perfeccionó un proceso creativo que empieza con la búsqueda en el sabelotodo Google de fotografías antiguas desde todos los ángulos del casco que quiere reproducir. Luego tendrá que hacer el archivo en 3D con un programa informático de diseño en un trabajo que dura unas cuarenta horas, antes de que la impresora tarde otras quince en imprimir el diseño con resina liquida que, con la ayuda de una luz ultravioleta, se va endureciendo. Después viene el lijado, pintado y el diseño e impresión de los logotipos en calcomanías para su pegado. El barnizado, la colocación de la visera, la tornillería y la espuma interior ponen fin al trabajo.

Junto a los cascos, Pipe también ha hecho figuras de pilotos, en especial de Fernando Alonso, casi siempre junto a su coche y representando un singular momento de su carrera deportiva. En total, sus creaciones superan las trescientas, e incluso se ha atrevido a replicar en maqueta su propia moto o la de algún amigo. En el recuerdo queda su primer trabajo, que fueron cascos del tamaño de un chupachús. Ahora, sus creaciones se han hecho famosas y algunas de sus piezas han viajado a colecciones de medio mundo, llegando a Estados Unidos o a China. Incluso amigos de Fernando Alonso tienen alguna de sus réplicas. Gracias a ellos, tiene varios cascos firmados en la visera por el propio piloto.

De toda esta experiencia, a Pipe le queda la gran satisfacción «por todo lo que he aprendido, porque además te abre muchas puertas e ideas», sin olvidar que le ha hecho ser muy perfeccionista. Su ilusión sería que los propios pilotos tuvieran sus réplicas en sus manos y llegarles a conocer. Por ahora, Fernando Alonso ya conoce sus trabajos a través de un periodista e incluso se ha interesado por tener uno de ellos por medio de su actual escudería, Aston Martin, aunque la condición de Pipe es «poder entregárselo en mano».

Este joven creativo se ve capaz de diseñar cualquier cosa. Al preguntarle por alguna idea para su ciudad, como la creación desde cero de un trofeo en 3D para que el Real Valladolid lo entregue en su torneo, responde con rapidez que «ojalá, sería un buen reto y, además, distinto». En un futuro, Felipe Urbón no se ve haciendo estas réplicas artísticas; de hecho, apunta que «ni siquiera ahora me dedico a ello». Como muchos otros jóvenes, todavía se encuentra en el proceso de decidir qué quiere hacer, aunque avanza ya que «tengo otras buenas opciones e ideas en la cabeza». Lo que tiene claro es que «estoy aprendiendo mucho y eso es muy valioso». Además, con sus creaciones «me lo paso muy bien, me gusta hacerlo y, a la vez, le gusta a la gente». Esta trayectoria de creaciones la tiene recogida en un libro en el que recopila imágenes de cada paso de los proyectos que hace.

Después de tres años, Pipe mira hacia atrás y asegura que no esperaba llegar con esta iniciativa a donde ha llegado. Por eso, con orgullo guarda en su casa sus mejores piezas (mayoritariamente las réplicas de todos los cascos de Fernando Alonso, uno de cada temporada), que cuida como un pequeño tesoro, a la espera de que algún día puedan ser el motivo de una atractiva exposición de pequeñas obras de arte.

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