Beatriz Felipe: «Desde 2008 hay más desplazamientos por desastres naturales que por conflictos armados»

«De primeras te dicen que no. ¿El cambio climático? No, no. Eso no ha influido –aseguran– en que tenga que salir de mi país. Pero en cuanto preguntas un poco, esa variable también está ahí». Las sequías extremas que impiden vivir de la agricultura en el Sahel. El pescador senegalés que llegó a Canarias después de que los largos periodos sin lluvia agostaran sus cultivos. «Las migraciones no son debidas a una sola causa, pero el cambio climático es una de ellas. Y cada vez más relevante», asegura Beatriz Felipe, doctora en Derecho y licenciada en Ciencias Ambientales, participante en el congreso  Refugio y Migraciones Humanas organizado por la Universidad de Valladolid.

«Desde 2008, todos los años se desplazan más personas por desastres naturales que por conflictos armados. Pero estas migraciones no están tan visibilizadas. En 2018, hubo 17,2 millones de personas que tuvieron que dejar sus casas por este motivo y moverse dentro de las fronteras de su país. Durante el primer semestre de 2019, son ya siete millones». Son desplazamientos vinculados 'con inundaciones, graves incendios, huracanes, prolongados periodos sin lluvias, desertificación. «Si hay un tifón, la gente se va. Si hay seguía, a lo mejor no se marcha hoy, pero lo hará en el medio plazo si esta se prolonga».

«Las migraciones por razones ambientales han existido siempre, el ser humano ha buscado un lugar donde vivir allí donde las condiciones ambientales son mejores. Pero esa variable quedó un poco olvidada. Hasta que la evidencia del cambio climático hace que nos demos cuenta de que este es también un elemento expulsor. No es el cambio climático solo, pero eso, sumado a otros factores, influye». Y lo hace, además, en las zonas más vulnerables y desfavorecidas. «En el Sahel africano las sequías cada vez son más fuertes. La elevación del nivel del mar hace que haya islas del Pacífico en riesgo de inundación. Los polos se están derritiendo (y esto afecta, por ejemplo, a comunidades de Alaska). Los grandes deltas, como el del río Ganges, en la India, están desbordados».

¿Y en España? «Es injusto hacer un paralelismo entre lo que ocurre aquí y la situación que ya se da en otros países. Pero hay informes que hablan de que, en un escenario de altas emisiones, habrá 210.000 personas en serio riesgo de sufrir inundaciones costeras en sus hogares en el año 2050. Las zonas más afectadas serían Doñana y los deltas del Guadalquivir y el Ebro».

Así, hay personas que abandonan sus hogares por causas climáticas, la realidad existe, pero no tienen protección jurídica. «La condición de refugiado climático no existe en derecho, porque la convención de Ginebra, de 1951, no la contempla. Se habla de motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, pero no se abre la definición a los desplazados por el cambio climático. Al menos de momento», explica. Sí que se ha dado un paso reciente. Hace un mes, una resolución del Comité de Derechos Humanos de la ONU, ha reconocido que, si los Estados no actúan contra el cambio climático, será algo tan grave que sí será una amenaza para la vida y causa suficiente para desplazarse. Poco a poco, se avanza en ese reconocimiento».