El arzobispado concede préstamos a 25 parroquias para restaurar sus templos
La deuda contraída con las arcas diocesanas en la capital y la provincia ascendió en 2022 a 624.000 euros, a un interés del 0% y hasta diez años para devolverla
El interés por mantener en las mejores condiciones el patrimonio histórico tanto de la capital como de la provincia vallisoletana es una realidad creciente en ... lo que significa salvaguardar la crónica de nuestra historia e identidad. Y esta realidad es manifiesta ante el número de préstamos abiertos para poder rehabilitar las iglesias: 25 parroquias solicitaron el año pasado dinero al Arzobispado y se endeudaron con la Diócesis para afrontar obras y frenar su deterioro.
«La salud de los bienes inmuebles de índole religioso en Valladolid es muy aceptable aún con salvedades», indica el delegado de Patrimonio de la Diócesis, Jesús García Gallo. «La capital y la provincia se caracterizan por contar con mucho patrimonio, en ocasiones en territorios con una mínima densidad de población e incluso un poco olvidado, pero que tanto el Arzobispado como las administraciones y, por supuesto, la feligresía y los vecinos, se sienten copartícipes del mantenimientol».
Aún con todo, la parte que soporta un mayor peso en la financiación del arreglo de los templos es la economía diocesana, si bien hay que significar que además de los fondos propios del Arzobispado presupuestados, una parte de ese dinero se obtiene de la caja de compensación, una partida solidaria de todas las parroquias de la capital y de la provincia utilizada para ayudar a sufragar parte de los gastos extraordinarios por este tipo de contingencias.

El montante del endeudamiento con el Arzobispado de las 25 parroquias que solicitaron esta financiación en 2022 ascendió a 624.000 euros y sirvió para obras de conservación como la de San Pío X, en el barrio de Girón, donde se están remodelando los locales parroquiales, a la vez que se han arreglado los tejados, de la misma manera que en Santa Rosa de Lima, en Arturo Eyries, donde la proliferación de goteras urgió la intervención. Esta ayuda también ha significado un alivio para el templo de San Juan, donde se está remozando la zona de espacios comunes y la casa parroquial.
En la capital como obras muy importantes han sido las ejecutadas en los últimos tiempos en la parroquia de la Magdalena, en la calle Colón, con restauración de tejados o limpieza de fachadas incluido el gran escudo en piedra. Uno de los templos que más lo necesita es la parroquia de la Sagrada Familia, junto al puente Adolfo Suárez, donde está previsto hacer ajustes de la estructura del tejado y su mantenimiento con la conservación de las láminas metálicas. «La capacidad financiera de estas dos parroquias es buena, pero dada la complejidad de las obras el Arzobispado colabora para que sus cuentas soporten mejor ese gasto», precisó.
En esta línea García Gallo también significa que «la capacidad económica de los templos de la capital es mejor que los de la provincia a excepción de municipios de gran tamaño», por lo que muchas reformas son costeadas con sus propios recursos. Por el contrario, «esta financiación es imprescindible para acometer obras en muchos templos de la provincia», como en Villabrágima, donde el pasado año ya se hizo urgente un mantenimiento general de su parroquia.
Una de las inversiones más destacables con cargo a los fondos de la economía diocesana es en Tierra de Campos, exactamente en Villalón, explica el ecónomo, José María Conde. Este municipio cuenta con tres iglesias: la de San Miguel, abierta al culto; la de San Juan, cedida al Consistorio; y la de San Pedro, cerrada al culto desde hace más de dos décadas «pero que gracias al empeño del pueblo y al préstamo del Arzobispado se pondrá en servicio a corto plazo».
En otros puntos del mapa provincial «llegamos un poco tarde», consideran desde el Arzobispado, al exponer los «graves y serios problemas que no son de mantenimiento sino estructurales» que se localizan en las iglesias de Cubillas, San Martín de Valvení o en la ermita de Velliza.
Y aunque Jesús García Gallo es amplio conocedor del patrimonio y, por extensión, el ecónomo José María Conde que controla las cuentas desde hace años, sí coinciden en apuntar que «al existir en Valladolid un patrimonio tan numeroso y valioso, lo cierto es que, aunque gocen de buena salud, nunca se puede bajar la guardia». Las iglesias declaradas como Bien de Interés Cultural (BIC) se arreglan con unas consignaciones diferentes procedentes de un convenio con la Junta de Castilla y León.
Este préstamo diocesano se suele devolver, de media, entre un mínimo de 24 meses y un máximo de 10 años, «en función de las posibilidades de cada uno», a un tipo de interés del 0%.
Acuerdo con la Diputación
La Diputación es el gran socio del Arzobispado con un convenio, que se viene consolidando año a año. En concreto, el último acuerdo firmado el año pasado contempla un volumen de inversión de 875.000 euros donde Diputación y Arzobispado aportan 350.000 euros y un 20% de la obra el correspondiente Ayuntamiento.
En Montes Torozos la naturaleza se ha aliado con el patrimonio del entorno dado que «en algunos ayuntamientos está entrando mucho dinero proveniente de parques eólicos y fotovoltaicos», comenta García Gallo, apuntando que las corporaciones de Villabrágima, Valdenegro, Castromonte o Peñaflor de Hornija han decidido invertir en el mantenimiento de su propio patrimonio. «Esto también es un alivio para el templo en cuestión, para sus gentes así como para las instituciones y administraciones».
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