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Centro de salud de Peñafiel. En el círculo, el médico Emilio Álvarez Sánchez. El Norte

Adiós a Emilio Álvarez, el médico rural de Valladolid y gran seguidor del Pucela

Natural de Tordehumos, el facultativo disfrutó de su carrera profesional en diferentes centros de salud de la provincia: «Los pacientes le querían mucho»

Álvaro Muñoz

Valladolid

Martes, 21 de febrero 2023, 00:01

La medicina rural de Valladolid llora desde el pasado jueves la pérdida de Emilio Álvarez Sánchez, fallecido a los 79 años. Facultativo de Atención Primaría, ... desarrolló su carrera profesional por diferentes puntos de la geografía vallisoletana y dejó huella por todos los centros de salud por los que pisó. «Era un médico de familia de vocación. Vivió por y para la medicina. Muchas fueron las horas que su familia le vio bajo el foco de su escritorio estudiando los casos de sus pacientes. Pacientes que le querían. Daba igual cuánto tiempo hubiera pasado, porque las muestras de cariño hacia él no faltaban cuando se cruzaban por la calle», describen los familiares de Emilio Álvarez.

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Nacido el 18 de enero de 1944 en Tordehumos, Emilio, hijo de Felipe y Máxima 'La Rufa', era conocido en su localidad como Emilio Castelar. Con la carrera finalizada, el facultativo recorrió gran parte de la provincia como profesional sanitario. Morales de Campos, Moral de la Reina, Gomeznarro y Pesquera de Duero fueron algunos de sus destinos en Valladolid. «Él era de zona rural», agregan sus seres queridos.

Morales de Campos, Moral de la Reina, Gomeznarro y Pesquera de Duero fueron algunos de sus destinos en Valladolid

Su andadura profesional finalizó en el centro de salud de Peñafiel. Allí, Teresa Maroto (su 'Chiqui'), Fernando Nieto, José Luis Almudí... fueron algunos de sus compañeros que compartieron con él horas de trabajo «hasta que le jubilaron». «Porque él no se jubiló», agregan.

Implicado con los problemas que afectaban tanto a la sociedad como a su profesión, Emilio Álvarez formó parte, entre otros, del sindicato Unión Sindical de Castilla y León (Uscal) de forma activa.

Corazón blanquivioleta

La medicina la compaginó con otra de sus pasiones, el fútbol y su Real Valladolid, y así se lo inculcó a su familia. «Su corazón latía blanquivioleta», manifiestan. Socio de un fondo norte, en el que ha disfrutado y sufrido por su querido Pucela. «Tanta era su afición que el día de la comunión de uno de sus hijos abandonó el convite junto con su querido Samuel Solís para subir al estadio José Zorrilla», concluyen emocionados su mujer, María Jesús Olea; y sus dos hijos, María Jesús y Emilio Jesús.

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