Descubre cómo ha quedado el retablo de la iglesia de San Pedro después de su restauración

Era una «grieta de cierta entidad» la que atravesaba el pecho de madera de la figura de San Juan Bautista, como demostración del estado de deterioro en el que se encontraba el retablo mayor de la iglesia de San Pedro Apóstol (en la calle Real de Burgos). Había otras tallas que habían perdido dedos. La superficie toda tenía incrustada una capa de suciedad provocada por los humos (de velas y candelabros), existían zonas con la policromía gravemente dañada, otras con el oro levantado y algunos elementos originales que presentaban fallos de encoladura. Ahora ya no.

Ahora el retablo de la iglesia de San Pedro Apóstol luce en un perfecto estado gracias a la intervención que durante los últimos meses han acometido los restauradores de Arte Valladolid. Unos trabajos que han supuesto una inversión cercana a los 50.000 euros y que ha sido financiada, en parte, por la herencia que a tal efecto dejó un feligresa. El resto del dinero ha procedido de las colectas parroquiales de un templo que ayer, a las 12:30 horas, festejó la finalización de los trabajos. Lo hizo durante la celebración de una eucaristía presidida por Luis Argüello, obispo auxiliar de la diócesis, quien estuvo acompañado por los párrocos, Fernando Bogónez y José David Gil.

Numeroso público abarrotó la iglesia para comprobar el resultado de los trabajos de limpieza y restauración de un tapiz de madera policromada que mide doce metros de alto por ocho de ancho y que, concluido en 1759, se ha atribuido al maestro Antonio de Bahamonde. Destaca la figura central de San Pedro Apóstol y arriba, la Virgen de la Asunción.