Las dos mujeres a la puerta de los juzgados de Valladolid.

El impago de una multa de 648 euros lleva a dos mujeres al borde de la cárcel

Lucía y Vanesa, que solo ingresan la renta mínima, pasaron una noche en los calabozos por un falta leve cometida hace tres años

j. s.

Miércoles, 20 de julio 2016, 18:59

Lucía y Vanesa, dos mujeres de 57 y 35 años la segunda es sobrina de la mayor, nunca imaginaron que una riña con una conductora, que tuvo lugar el 19 de abril de 2013, las llevaría más de tres años después a pasar una noche en los calabozos y a estar a la mañana siguiente a las puertas de la cárcel. En esas se vieron estas vecinas de Pajarillos a cuenta del impago de una multa de 648 euros, que debían abonar a medias por una falta leve de lesiones. Ambas habían sido declaradas como insolventes por el juez.

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«Yo cobro una renta mínima de 426 euros al mes y mi sobrina, que tiene una hija menor a su cargo, apenas cobra 255 de subsidio», relataba Lucía, quien aclara que ellas nunca se negaron a pagar. «Solo pedimos que nos dejaran hacerlo a plazos de diez euros porque con nuestros ingresos no podíamos afrontar esa cantidad les llegaron a ofrecer el abono de treinta euros al mes», justifican. Pero el miércoles recibieron una llamada de la Policía Nacional en la que les informaban de que tenían una orden de detención y les pedían que se presentaran al día siguiente ante el juzgado de guardia.

Así lo hicieron, llevando un justificante de que habían solicitado el citado aplazamiento de los pagos, «pero nos detuvieron, nos llevaron a la Comisaría de Delicias y nos dijeron que íbamos a cumplir 22 días de prisión si no pagábamos los 648 euros antes del viernes». De manera que ambas pasaron la noche en los calabozos, donde reconocen que, pese a la experiencia, los agentes les trataron «de manera exquisita», mientras una hija de la primera llamaba a sus familiares «uno por uno» hasta lograr reunir la citada ­cantidad.

Verónica, la hija de Lucía, acudió a primera hora al banco a ingresar el dinero y consiguió llevar el recibo de pago a tiempo. Su madre y su prima Vanesa habían sido trasladas a los Juzgados de la calle Angustias, en principio, para ser ingresadas en la prisión provincial y cumplir una condena de 22 días de cárcel cada una por el ­impago de la multa pese a que ambas carecen de antecedentes y que el propio juez que dictó la orden de detención las declarado a ambas insolventes.

El recibo llegó a tiempo y ambas salieron definitivamente en libertad por la puerta de la calle Torrecilla a las 12:30 horas. Atrás quedaban más de 26 horas en los calabozos. «La verdad es que se pasa mal allí, entre rejas, con una colchoneta y una manta para dormir sobre un muro de hormigón», reconocen ­antes de incidir en que los policías, al menos, «nos trataron muy bien».

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Una medida legal

Pero la ley es la ley y lo cierto es que las fuentes policiales y judiciales consultadas aseguran que tanto la orden de detención como su anunciado ingreso en la cárcel son legales a cuenta del impago de la multa (los 22 días de prisión por una falta leve era la condena subsidiaria si no hacían efectivos los 648 euros). Y todo a cuenta de un rifirrafe con una conductora con la que Lucía y Vanesa se enzarzaron aquel 19 de abril de 2013 fueron condenadas por ello en 2015 a cuenta de que, según aseguran ambas, no respetó un paso de peatones.

«No podíamos pagar lo que nos pedían si queríamos seguir ­comiendo y pagando el alquiler», lamentan. El dinero prestado por sus familiares evitó in extremis que ingresaran ayer mismo en la prisión provincial.

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