Un macrobotellón espontáneo acaba con cuatro menores ebrios en el Clínico

La convocatoria surgió de forma espontánea a través de las redes sociales (Tuenti, Twitter, Facebook...) y fue tomando cuerpo hasta el punto de que el entorno de Las Moreras y de La Rosaleda llegó a congregar a última hora de la tarde del pasado lunes a más de tres mil jóvenes, en su inmensa mayoría menores de edad, en un macrobotellón más propio de citas como las ferias o San Juan. Pero eran carnavales, los escolares no tenían clase y acabaron reuniéndose en el tradicional botellódromo de la capital para pasar un rato de fiesta.

La cita comenzó con cuatro adultos, que apenas superaban los 18, denunciados por comprar alcohol a grupos de menores en sendos supermercados de las calles Juan de Juni y Santiago y, lo que es peor, con cuatro menores de tan solo 14 y 15 años hospitalizados en el Clínico con las consiguientes intoxicaciones etílicas. Un quinto afectado, en este caso de treinta años, también recibió asistencia en el mismo entorno, según confirmaron ayer fuentes de la Policía Municipal y del 112.

Los agentes llegaron a acordonar el entorno de La Rosaleda en un dispositivo formado por una veintena de funcionarios, que llegaron a requisar medio centenar de botellas de alcohol a los menores. «Las que estaban abiertas se tiran directamente por la alcantarilla y las cerradas se traen a la comisaría por si alguno quiere venir con sus padres y con facturas a reclamarlas», resumen fuentes del 092 antes de aclarar que ninguno fue multado dado que no fueron sorprendidos bebiendo.

Sí lo debieron hacer dentro del parque, donde llegaron a reunirse unos tres mil jóvenes entre las seis de la tarde y la una de la madrugada, dado que el paraje amaneció ayer cubierto por toneladas de restos del botellón (léase centenares de botellas vacías de alcohol y de refrescos) entre la playa y el puente de Isabel la Católica. De allí fueron evacuados al Clínico en ambulancia un chico de 14 años y tres chicas de 14 y 15 entre las 21:30 y las 23:30 horas del lunes. El quinto atendido, que les doblaba en edad, recibía el alta in situ.

Sorprendidos en la entrega

Antes, a media tarde, fueron sancionados los cuatro mayores por comprar el alcohol a menores habitualmente lo revenden por unos pocos euros más de su valor real, una infracción recogida en la ordenanza municipal de prevención del alcoholismo y castigada con sanciones de entre 600 la habitual y 10.000 euros, una cuantía más que disuasoria.

Los infractores fueron sorprendidos por los agentes cuando salían del súper de turno y entregaban las bolsas a grupos de escolares que resultaron ser menores. «A los comercios no se les puede sancionar, pero sí a los adultos que realizan estas prácticas», concluyen desde el 092.