Borrar
Las nuevas Doncellas 2014 en la iglesia de El Salvador.
La leyenda de Simancas continúa con las siete nuevas doncellas

La leyenda de Simancas continúa con las siete nuevas doncellas

El mantenedor, Pedro Carasa Soto, alabó los valores que encierra esta tradición

Javier Hernando

Miércoles, 6 de agosto 2014, 22:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La tradición nuevamente se volvió a cumplir. Como cada 6 de agosto, festividad de El Salvador, santo patrón de la Villa de Simancas, tuvo lugar la imposición a siete de sus hijas del galardón de Doncellas. Siete renovadas ilusiones teñidas de los colores del Arco Iris. Las elegidas en 2014 son Silvia Catalina Carro, Marta Zan Rollán, Irene Sánchez Asensio, Lara Navarro Soto, Mónica Plaza Balsa, Chloe Cecilia Blossom y Maia Díaz Moreau. Ellas, las protagonistas, pasan a formar parte de la historia de Simancas. Son, con su requerimiento, un pedacito más de la Leyenda trasmitida de generación en generación, que recuerda a otras siete simanquinas, las cuales, en el siglo IX, tomaron una terrible decisión que sin duda cambió el rumbo de sus destinos.

Para no ser parte del infame Tributo de las Cien Doncellas, instaurado años antes (783) por el rey astur Mauregato, y en el que Simancas se vio obligada a contribuir con siete de sus hijas, las jóvenes elegidas en un arrojo de valentía y en su forzada reclusión en una torre del castillo, optaron por rasgarse sus tiernos rostros, cortarse los cabellos y automutilarse su mano izquierda. Visto el estado de las desventuradas doncellas, cuenta la leyenda que el emir Abderramán II dijo: «Si mancas me las dais, mancas no las quiero». La valerosa acción de las virginales mozas se resume en el epilogo de la leyenda: «Por librarse de paganos, las siete doncellas mancas se cortaron sendas manos, y las tienen los cristianos por sus armas en Simancas». Esta parte de la leyenda se representa en el mes de junio, cuando finaliza el mandato de las doncellas.

Requerimiento

La comitiva partió desde la Plaza Mayor de la localidad, encabezada por el alcalde Miguel Rodríguez y con la presencia entre otras autoridades del delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo, a buscar casa por casa a las siete doncellas para rememorar lo acontecido doce siglos antes, junto a ocho soldados de la época, dulzaineros y con varios representantes de asociaciones del municipio, los cuales portaban sus estandartes. Reunidas las siete, el cortejo se trasladó hasta la Iglesia de El Salvador, donde tuvo lugar la Santa Misa en honor del patrón de la villa, liturgia oficiada por el cura titular Pedro Antonio Millán y por el sacerdote natural de Simancas, Fidel Herrero, acto en el que cantó el coro parroquial.

Concluido el Culto religioso, Doncellas, autoridades y el pueblo, se desplazaron hasta el centro cultural de la Vaguada donde el primer edil de la villa impuso a las doncellas 2014 las bandas que las acredita como continuadoras de la leyenda. Posteriormente, tomó la palabra el mantenedor del ritual este año, el Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid, Pedro Carasa Soto, que ensalzó los valores que encierra la tradición de las siete doncellas y dividió su discurso en dos partes, siempre jugando con el siete.

En la primera desglosó los siete grandes hitos que han dejado importantes raíces en Simancas: Celtas, Romanos, Árabes, los reinos cristianos de Asturias y León, la Corona de Castilla con los reinados de Carlos V y Felipe II, las reformas de los ilustrados y liberales del siglo XVIII, y por fin el último hito, el Archivo, que definió como «el más cosmopolita y excelente de Simancas, el mejor Archivo del mundo», del que dijo «la mayor importancia no es que guarde 35 millones de documentos, ni que haya recibido más de cinco mil investigadores en los dos últimos siglos. El mayor significado del Archivo es cualitativo, por el que han entrado las más avanzadas corrientes de pensamiento e investigación».

En la segunda parte de su disertación, Carasa Soto desgranó los valores de honradez, respeto, esfuerzo, justicia, solidaridad, igualdad y valentía simbolizados a través de los colores del Arco Iris, representados en las vestimentas de las siete nuevas doncellas. La jornada finalizó en el corazón de la localidad, su Plaza Mayor, donde todos pudieron degustar la tradicional limonada acompañada de las típicas peonillas.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios