La residencia de Mojados reduce los cambios que sufren los mayores al dejar su hogar

El delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Pablo Trillo, ha visitado el centro de mayores Sanitas Residencial Valladolid, ubicado en Mojados, uno de los dos de la provincia que ya están aplicando el programa En mi casa, promovido por la Junta con el fin de reducir al máximo los cambios que sufren las personas cuando dejan el hogar para ingresar en una residencia, así como darles la posibilidad de usar alguno de sus servicios sin abandonar su casa.

Sanitas Residencial Valladolid, con una capacidad de 212 plazas, ha sido uno de los primeros centros de mayores en implementar este programa. Cuenta ya con dos unidades de convivencia que dan cobertura a 30 personas, y es, junto al Centro Viana Lacort, pionero en la aplicación de este programa en la provincia de Valladolid.

En la presentación del programa En mi casa y la visita a Sanitas Residencial Valladolid han participado la directora de la residencia, Paloma García-Marina; el director territorial de Sanitas Residencial, Javier Gabas; la gerente territorial de Servicios Sociales, Maria Ángeles Cantalapiedra, y los alcaldes de Mojados, Pedro Villarreal, y Viana de Cega, Alberto Jesús Collantes.

Pablo Trillo ha destacado la importancia de la implantación progresiva de este programa en todos los centros de personas mayores de Castilla y León, para ofrecer a este colectivo una vivienda alternativa que sea «un lugar grato y confortable, lo más parecido a su propio hogar, en el que siga manteniendo el control de su vida, se respeten sus derechos y decisiones y no se interrumpa de forma brusca su modo de vida anterior».

La Junta prevé que próximamente se implante en cuatro centros más de la provincia, ubicados en Cabezón de Pisuerga, Tordesillas y Valladolid capital. En total, se crearán ocho unidades de convivencia para unas 15 personas cada una, con lo que se ofertarán unas 120 plazas.

El programa En mi casa fue auspiciado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades en 2012 y ya ha sido implementado en varios centros de la región. El principal objetivo es hacer que sea lo más fácil y cómodo posible el proceso de adaptación de los mayores a las residencias, adecuando éstas a las condiciones que presenta un hogar convencional. Así, los usuarios tienen libertad para decidir cuándo acostarse o levantarse, elegir la comida y el vestuario o realizar las actividades que deseen en cada momento.

También se les permite llevar sus enseres personales y se reduce al máximo el cambio de personal, de manera que siempre son atendidos por los mismos profesionales y se crea así «un clima de confianza y familiaridad», tal y como aseguran desde la Junta de Castilla y León.

Los mayores siguen manteniendo el control de sus vidas al tiempo que disponen de los servicios y atenciones que, por su edad, comienzan a necesitar. Además, se les ofrece hacer uso de algunos de los servicios y seguir viviendo en casa o compartir su espacio y tiempo con familiares.

Las unidades de convivencia son uno de los cuatro pilares en los que se sustenta el nuevo modelo En mi casa, junto al fomento de los servicios profesionales y a la implantación de centros multiservicios y de unidades de convalecencia sociosanitaria. Actualmente, en Castilla y León están en funcionamiento 44 unidades de convivencia y se espera que a comienzos de 2015 sean unos 100.