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Los profesores extranjeros posan junto a los españoles a la entrada del centro La Inmaculada. :: G. VILLAMIL
Educar sin fronteras
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Educar sin fronteras

El colegio de La Inmaculada acoge a profesores de Italia, Eslovenia, Austria y Portugal para elaborar un proyecto conjunto sobre energías renovables

TERESA LAPUERTA

Lunes, 19 de diciembre 2011, 02:06

Un colorido mural con imágenes de monumentos, mapas y fotografías de estudiantes posando en distintos países europeos recibe a todos aquellos que cruzan las puertas de La Inmaculada. El colegio apenas tiene 300 estudiantes y está en el barrio de Belén, pero se asemeja a uno de esos centros internacionales en los que parece no haber barreras, ni culturales, ni lingüísticas.

Reforzar la dimensión europea promoviendo la movilidad y la cooperación entre los alumnos de distintos países es, precisamente, el objetivo del Comenius, el programa multilateral de la Unión Europea que desde hace año y medio se desarrolla en el centro. La iniciativa hace posible el intercambio de estudiantes, pero también de experiencias, conocimientos y tradiciones entre las distintas naciones participantes, de la mano de los alumnos y profesores de colegios como el vallisoletano, que en unos meses concluirá su primer plan bianual y ya se afana para alcanzar el segundo.

El Comenius está dando a estos estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria la oportunidad de analizar, conocer y disfrutar en vivo de los entresijos de las culturas alemana, escocesa e italiana y, si el Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos da el visto bueno a su nueva iniciativa, les permitirá hacer lo propio con países como Portugal, Eslovenia, Austria, Rumanía y Bulgaria y, nuevamente Italia, entre los años 2012 y 2014.

Con el objetivo de preparar el dosier que las seis naciones adjuntarán a su solicitud de la nueva edición del proyecto, La Inmaculada acoge estos días a ocho profesores procedentes de los centros estudiantiles eslovenos, austriacos, italianos y portugueses que, «si todo va bien», acabarán siendo sus 'socios' -o más bien sus interlocutores- en esta multidisciplinar experiencia formativa.

Si en los dos últimos cursos el hilo conductor de estas permutas de alumnos y personal docente, trabajos e iniciativas diversas ha sido la ciudadanía, en esta ocasión los colegios proponen como tema central las energías renovables y la importancia de concienciar a sus respectivas comunidades educativas sobre la trascendencia de un consumo responsable y una actitud respetuosa con el medio ambiente.

Cultura y gastronomía

Petra Latin y Barbara Bajzelj, de Eslovenia; Albertina María Leal y Filipa María Gonçalves, de Portugal; María Teresa Gatto y Cinzia Scardino, de Italia; Andreas Schinnerl y Ernst Riedler, de Austria, son, junto a María José García y Marta Godoy, del colegio vallisoletano, los profesores encargados de diseñar el programa formativo con el que sus colegios optarán al futuro Comenius, pero los ocho primeros, además, tienen la oportunidad de conocer de primera mano esa cultura, tradición, gastronomía y patrimonio vallisoletanos que trasladarán a partir de la próxima semana a sus alumnos.

«En este caso buscamos que sean mejores consumidores, pero el Comenius nos da también la oportunidad de hacer amigos más allá de nuestras propias fronteras, de conocer otras culturas y de que los alumnos sean conscientes de la dimensión práctica del estudio de la lengua inglesa», explica la directora de La Inmaculada, María del Carmen Ruiz Marcos.

El éxito del programa depende en gran parte de la implicación en el mismo de sus responsables, pero también del buen 'feeling' que haya entre ellos, algo que ya puede constatarse, al menos en esta ocasión. «Me siento realmente como en casa, es una ciudad preciosa. Me encantan sus calles y su iluminación», explica la eslovena Barbara Bajzelj, mientras que para la portuguesa Filipa María Gonçalvez el colegio anfitrión «es el mejor sitio que podíamos soñar. Es como una gran familia, con un profesorado muy bien organizado y tremendamente acogedor».

Por su parte, el austriaco Ernst Riedler considera que las energías renovables son una apuesta acertada para una programación de estas características, «porque concienciando a los niños de la importancia de proteger el medio ambiente garantizamos su legado a las futuras generaciones».

Además de los intercambios propiamente dichos -la subvención que los centros reciben de Europa es directamente proporcional al número de 'movilidades' que se llevan a cabo y en el caso de La Inmaculada ha superado ya los 16.000 euros-, los alumnos abarcan el análisis del tema elegido y el estudio sobre los países participantes como si de una asignatura transversal se tratara. «Dependiendo de los cursos, hemos analizado y seleccionado su música, analizado el artículo primero de sus respectivas constituciones, celebrado sus fiestas patronales, pormenorizado sus distintos sistemas educativos....», recuerda la directora del centro, quien añade que gran parte del trabajo tiene su reflejo en una completa página web y en una red social de intercambio entre los alumnos.

Otro de los factores que destaca Ruiz, quizás también uno de los más importantes, es que todo el programa: actividades, clases, escritos, 'webquest' de los países.... se lleva a cabo en inglés, lo que contribuye notablemente a mejorar y potenciar la exposición de alumnado a la lengua y, sobre todo, «incrementa el interés que su dominio suscita en ellos».

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