El lockout' de la NBA
PEPE CATALINA
Martes, 1 de noviembre 2011, 02:06
El famoso 'lockout' o cierre patronal es lo que ha impedido que la NBA estrenase su nueva temporada la pasada madrugada, coincidiendo con Halloween, una festividad marcada con rotulador fluorescente en el calendario norteamericano. Y es que ya se han cumplido cuatro meses de desacuerdo entre los propietarios de las franquicias y el sindicato de jugadores. De momento, y a expensas de lo que ocurra en los próximos días, ya se ha decretado la suspensión de un mes de partidos oficiales, y si no llegan a un acuerdo en breve las cancelaciones podrían ir en aumento. Hay que tener en cuenta que desde que se alcance un acuerdo hasta el primer partido de temporada tendrían que pasar entre tres semanas y un mes para volver a jugar, margen de tiempo necesario para que se redacte el nuevo convenio colectivo por su complejidad, y para que los equipos puedan fichar a jugadores libres o acordar traspasos.
Ahora mismo, y tras no poder rubricar un acuerdo al final de la pasada semana cuando parecía cercano, el objetivo que ronda en las mentes de los implicados es la de empezar no más tarde de Navidad, fecha muy importante por la NBA, porque normalmente programan varios de los partidos de máxima audiencia televisiva para todo el país. No conseguirlo para entonces sería ya considerado un gran fiasco para el baloncesto profesional norteamericano. Esta ya es algo que sucedió en 1998, donde no se cerró un acuerdo hasta principios de enero y se celebró una comprimida mini temporada de 50 partidos de liga regular, por los 82 que se disputan habitualmente.
El reparto de los ingresos y el tratamiento del tope salarial son las dos cuestiones más relevantes en disputa, pero hay decenas de detalles por pulir en una normativa muy extensa y detallada. Mientras tanto, unos y otros siguen perdiendo dinero. Los propietarios, porque los pabellones están cerrados y no reciben ingresos, y los jugadores porque no perciben sus salarios, aunque en círculos íntimos se cree que a los patronos, multimillonarios la mayoría de ellos, no les está importando castigar un poco a sus empleados sin pagarles para que aflojen en sus peticiones. Por un lado es lógico que los propietarios traten de adecuarse a los tiempos de crisis económica evitando pérdidas, y por otro que los jugadores defiendan sus intereses y los de las generaciones venideras, ya que son los verdaderos protagonistas de todo esto. Es más, al parecer uno de los principales motivos de que los jugadores no sean tan flexibles es que se encuentran algo comprometidos, porque gracias al convenio que les dejaron los anteriores han salido muy bien parados y están moralmente obligados a actuar ahora de la misma manera para los que viene detrás.
Pero el daño ya está hecho, y los aficionados, junto a todos aquellos modestos trabajadores que hay alrededor del negocio de la NBA de forma directa o indirecta, están sufriendo las consecuencias del egoísmo de unos y otros.
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