«IE podrá generar unos ingresos anuales de 25 millones de euros en cuatro años»

En octubre de 2006 saltó la noticia. El campus privado de Santa Cruz la Real, hasta entonces explotado para sus fines académicos y sin ánimo de lucro por la Universidad SEK, estaba a punto de pasar a manos del Instituto de Empresa. En aquel otoño se ultimaba la negociación para traspasar el 80% del accionariado. Había, pues, comprador: la prestigiosa escuela de negocios internacional radicada en Madrid se anticipaba al debate incipiente sobre el Tratado de Bolonia y se adelantaba a la convergencia europea de las enseñanzas superiores que se avecinaba.

Quizás aquel movimiento de ficha fue más una obligación, quizás la adquisición fuera una arriesgada intuición para no perder la comba de la instrucción y del moldeado a su imagen y semejanza de las futuras generaciones de talentos nacionales e internacionales que aspiran a liderar los más diversos ámbitos del conocimiento. Así lo pregonaron los máximos responsables de escuela de negocios en los albores del proyecto. Era cuestión de captar los mejores y más prometedores expedientes de los bachilleres y empaparles en su vida universitaria del espíritu empresarial y competitivo del Instituto de Empresa.

La entidad eligió Segovia para asentar y extender su sistema formativo, sus fórmulas docentes y su oferta de grados. Antes de convertirse en la actual IE Universidad tuvo que sortear las trabas burocráticas del cambio de titularidad, mitigar algún que otro recelo y lidiar con la maraña administrativa e institucional que embrolla toda operación de este calibre. La institución académica cruzó la calle desde la acera que dominaba con sus programas de posgrado y másters, que la habían aupado en los 'rankings' internacionales de las escuelas de negocios, para empezar una aventura al otro lado del camino educativo, en la orilla de la enseñanza superior universitaria. Resultaba todo un desafío para sus responsables, quienes por aquel entonces lanzaron una declaración de intenciones que sonaba ambiciosa e incluso pretenciosa: convertir la sede de Santa Cruz la Real en el 'Oxford continental'.

«Aún nos falta consolidar la estructura definitiva de los programas de grado», reconoce Santiago Íñiguez de Onzoño (Madrid, 1963), actual presidente de IE Universidad y quien también fuera rector de la entidad académica. El reciente nombramiento de Salvador Carmona, quien se pondrá al frente del campus privado a partir del 1 de septiembre, apuntala el talante internacional por el que ha apostado el centro desde su puesta en marcha. Un dato: alumnos de 57 países cursan sus estudios en el centro.

-¿La elección de Salvador Carmona como nuevo rector de IE Universidad es un síntoma de cambio en el rumbo del campus o de continuidad que aún lleva a cabo Juan Luis Martínez?

-Es más una continuidad. Este nombramiento impulsa dos frentes que ya estaban abiertos. Por un lado, el de la internacionalización y todo el desarrollo de programas con alcance global para atraer más grupos de alumnos, profesores y reclutadores. En definitiva, hacer que seamos más internacionales; aunque podemos presumir de que nuestro porcentaje de alumnado extranjero es más alto que el que registran otras grandes universidades europeas. Ese perfil internacional lo refuerza la figura de Salvador Carmona. El otro frente es el de consolidar y desarrollar con mayor profundidad el sentido académico de la entidad como centro generador de conocimiento, con la evolución de nuevos métodos y la aplicación de las nuevas tecnologías. Carmona es uno de los investigadores más reputados y prueba de ello son sus reconocimientos.

«Conocida y respetada»

-¿Están cerca de ser ese 'Oxford continental' al que aspiraban cuando empezaron a andar?

-Aún nos falta consolidar la estructura definitiva de programas de grado y el claustro de profesores que complete cada departamento y cada escuela. Desde luego que se han dado pasos muy importantes, como en lo que comentaba e la internacionalización y unos porcentajes de nuevos alumnos extranjeros y profesores internacionales muy altos, más incluso que en la misma Oxford. En este sentido, IE Universidad ya es conocida y respetada por esa vocación, por su carácter innovador y el lanzamiento de estudios que se convertirán en referencia global a medio plazo. Por ejemplo, la Escuela de Arquitectura ya ha sido elegida una de las más interesantes del mundo en la selección que hace la revista 'Design Intelligence', la primera de las joyas ocultas de la educación global en Arquitectura, según lo denominan los norteamericanos.

-Además de contar con la metodología y la internacionalización, ¿cómo logra la entidad la pretendida transformación del campus segoviano?

-Hemos conseguido crear un ambiente muy colegial, parecido al de otras ciudades universitarias anglosajonas como ocurre con Yale, Stanford o Cambridge. Segovia reúne esas características de ciudades vivibles y abarcables donde los alumnos disfrutan también de la interrelación con los ciudadanos. Creo que hemos logrado arraigar la vida colegial y convertirla en un aspecto característico de la ciudad. Esa transformación también se logra con la actividad constante que desarrolla IE, entre foros, congresos... En octubre traeremos a los rectores y presidentes de algunas de las universidades más importantes del mundo. Se puede decir que estamos en el selecto grupo de instituciones innovadoras.

-¿Existe reciprocidad por parte de la sociedad segoviana? ¿Se sienten bien acogidos?

-Es posible que al principio hubiera una cierta distancia con el lema del 'Oxford continental'. Ahora hay una relación excelente con todas las instituciones públicas y privadas, con la sociedad y las empresas. Somos uno de los principales proveedores en lo que concierne a capacidad hotelera. Además de los alumnos y sus familias, organizamos programas residenciales que nos hacen ser uno de los primeros clientes de la oferta de servicios.

-¿Han calculado cuánto y cómo repercute toda esa actividad en beneficio de la ciudad?

-Segovia se ha convertido en un polo de atracción para experimentar la vida universitaria. Cuando alcancemos nuestro tamaño crítico, en tres o cuatro años, IE podrá generar unos ingresos anuales de 25 millones de euros anuales ene l tejido segoviano. Hay que darse cuenta de que, además del alumnado general, de los programas de máster y de la escuela de negocios, el centro tiene una amplia rotación de directivos y ejecutivos de grandes empresas multinacionales. Son gente que se han enamorado de la ciudad y de su gente por su ambiente recogido, muy propicio para la investigación y el estudio. En este sentido, es posible que nos convirtamos en uno de los principales generadores de ingresos directos para Segovia. Pero también están los intangibles, la imagen de marca y la relación de por vida entre los graduados y la ciudad.

A por los 2.500 estudiantes

-En ese discurso de crear riqueza, ¿cree que habrá licenciados que se asienten en esta plaza e implanten sus proyectos en Segovia?

-Desde luego se crea un vínculo duradero con la ciudad. Esperamos que algunos creen sus empresas en el entorno de Segovia e incluso los hay que ya lo han generado; sin embargo, ahora con las oficinas virtuales no es necesario que la sede física este en Segovia.

-Habla del tamaño crítico en un horizonte de tres o cuatro años. ¿Hasta dónde debe crecer la entidad para no perder sus señas de identidad?

-Ese tope está en el pleno desarrollo del proyecto de grados y del programa de posgrados. Estos planes de másters van a crecer más que los grados, sobre todo gracias a la metodología mixta basada en clases presenciales y 'on line'. En cuanto al número de alumnos (en la actualidad la entidad ronda los 1.100), no va aumentar sustancialmente por encima de 2.500 estudiantes. El objetivo prioritario se centra en traer el mejor talento y mantener el porcentaje internacional, que se sitúa aproximadamente en el 60% del alumnado.