Gárate dice adiós con dolor

Habían preparado la carrera con esmero, con concentraciones en altitud en Sierra Nevada y en Suiza, con reconocimientos exhaustivos de los Pirineos y los Alpes, pero la caída que sufrió hace cuatro días junto a su líder Robert Gesink le ha obligado a dejar la prueba. Juan Manuel Gárate se encontraba roto, física y moralmente. «Apenas si he podido dormir. Ni siquiera tomando pastillas para conciliar el sueño. He pasado cuatro días de auténtico calvario. Así no podía seguir. He llegado al límite. He sufrido mucho y al final los dolores te salen por todos los lados, comienzan en el hombro y acaban en el tendón de Aquiles», explicaba.

El ciclista vasco se encontraba bastante trastornado, al borde del llanto. Había pasado muchos días fuera de su casa preparando esta edición del Tour: «Las molestias te me han hecho cambiar la posición en la bicicleta. He ido torcido. Al ir mal sentado me ha salido una bola en la próstata. El tendón de Aquiles también me está dando problemas. Al final estoy hecho una pena. No podía seguir en esas condiciones».

El hombre que dirigía el equipo Rabobank desde dentro de la carretera sabía por experiencia que antes o después tendría que dejar la prueba: «He preparado, yo y todo el equipo, durante mucho tiempo el Tour. Veía que en las condiciones en las que estaba no podía continuar. Había llegado en muy buena forma, al igual que el resto del equipo, pero la realidad es que no podía continuar tal y como estaba».

Robert Gesink, líder del equipo y también perjudicado en la misma caída, va a notar mucho la falta de Gárate: «Tampoco está bien. Se encuentra un poco mejor que yo, dentro de lo mal que se encuentra. Al final, en una caída, los problemas surgen al cabo de varios días. Las heridas se curan, pero los golpes terminan por pasar factura. Le duele todo el cuerpo, las costillas». Incluso decía que había aumentado de peso: «Retienes líquidos. Yo estaba dando en la báscula tres kilos más de los que pesaba antes de caerme».

No sé ni lo que tengo

Gárate tiene la cabeza del trocánter fisurada y eso le está generando problemas: «En esa zona se enganchan los tendones y me molesta hasta la mano. Cuando vaya a casa me haré una resonancia para conocer realmente como estoy». Lo normal es que pueda correr la Vuelta a España, pero lo primero que quiere hacer es recuperarse, estar en buenas condiciones antes de ponerse de nuevo a entrenar: «Lo más importante es recuperarme. No sé ni lo que tengo. Por eso lo primero es hacerme las pruebas».

La caída se produjo en la quinta etapa de la ronda gala, el pasado miércoles: «Íbamos bien colocados, por la izquierda. Llevaba a Gesink a rueda. Me ofrecí a ayudar en el llano. El día anterior había ido con la rueda frenada y no pude hacer nada. Pasamos el 'sprint' intermedio y cuando cogimos a los lanzadores, Brajkovic no vio a uno, se golpeó contra él y cayó a plomo. Barredo, Gesink y yo salimos volando a más de 60 kilómetros por hora», relata el ciclista.

Juanma Gárate, todo un veterano que acumula 21 vueltas de tres semanas encima de sus piernas, nunca había tenido que abandonar una carrera por una caída: «Lo que más me duele son los sacrificios que hemos hecho para llegar bien al Tour». No busca culpables: «Hay mucha tensión y no es culpa de nadie. El 'sprint' intermedio ha complicado mucho las cosas».