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Juan del Hoyo Gómez-Pallete, en su tienda de sonido e imagen en la calle Héroes del Alcázar. :: HENAR SASTRE
Lágrimas de cocodrilo
VALLADOLID

Lágrimas de cocodrilo

Un vallisoletano intenta patentar un sistema anticopia de películas en salas de cine y se encuentra con la «sorpresa» de que Sony lo tiene registrado desde 2004

SONIA QUINTANA

Martes, 7 de diciembre 2010, 02:37

Juan del Hoyo Gómez-Pallete (Valladolid, 1973) todavía se pellizca de vez en cuando para cerciorarse de que lo que le ha ocurrido ha sido algo más que un mal sueño. «Es para sentirse orgulloso porque no lo tiene patentado un mindundi sino las grandes compañías», le dijeron a Juan en la agencia oficial de patentes y marcas a la que acudió para comenzar los tramites del registro de su posible invento. Pero a este vallisoletano las palabras de ánimo, ni ninguna otra, le sirven de consuelo. «Ha sido una experiencia muy positiva pero sigo teniendo un sentimiento agridulce», confiesa Juan.

El azar, y su trabajo diario en el negocio familiar, una empresa vallisoletana dedicada al sonido y a la imagen desde hace medio siglo, Hoyman, quiso que hace unos meses Juan se topara con la que, en aquel momento, consideró como la solución definitiva para acabar con las 'screeners' (grabaciones ilegales que se hacen en las salas de cine con cámaras de vídeo domésticas y que, posteriormente, se distribuyen por Internet y se venden en los 'top manta') y, por ende, con los supuestos dolores de cabeza, y sobre todo de bolsillo, de los que tanto se queja la industria cinematográfica. «La piratería en el cine causa pérdidas millonarias» o «La piratería rompe la industria cinematográfica» son algunos de los apocalípticos titulares que, periódicamente, lanzan con supuesta preocupación los representantes de esta industria sobre su supuesta ruina.

Cómplices del hallazgo

La solución es sencilla. «No se trata de un invento en sí, sino de una aplicación industrial basada en el uso de diodos led. Fue simplemente una asociación de ideas», explica Juan. «Es un sistema, basado en el uso de diodos led que, mediante la emisión de luz infrarroja invisible al ojo humano, permiten deteriorar la grabación de la película por parte de una cámara de vídeo, sin alterar la percepción del espectador de la película proyectada en la sala», señala el malogrado inventor. «Este sistema, bien desarrollado, no dejaría ni un ángulo en la sala libre de la incidencia de infrarrojos», apostilla Juan, quien asegura que la instalación de este dispositivo no tendría grandes costes para los propietarios de las salas de exhibición cinematográfica.

«De haberlo podido desarrollar, nuestra idea era acudir directamente a los creadores de las películas, no a los que las proyectan, porque son los creadores los que iban a tener el beneficio más directo. Y luego, que fueran ellos los que pudieran exigir a las salas de cine que se dotasen de este sistema anticopia de películas; que reclamaran que sus películas solo se pudiera proyectar en salas con este sistema», cuenta este vallisoletano.

«Nos han dado en la línea de flotación», fue la primera respuesta que recibió de la agencia oficial de patentes y marcas a la que había confiado su trabajo; el suyo, el de su padre, Luis Miguel, y el de Fernando de la Torre, las dos personas a las que, desde un principio, hizo cómplices de su hallazgo. Y es que esperaba cualquiera, menos la respuesta que recibió: Sony se le había adelantado hace seis años. «En la patente US6827454 se describe un método y dispositivo que deteriora la grabación realizada con una cámara de vídeo de una película proyectada en una sala de cine. La invención se basa en la utilización de dispositivos emisores de luz infrarroja proyectada sobre la pantalla de cine al mismo tiempo que la película», reza el estudio elaborado al respecto por la agencia oficial de patentes y marcas cuyos servicios contrató Juan.

«¿Sony?», preguntó estupefacto este vallisoletano con vocación fallida de inventor. «¿Entonces por qué no se evita el tráfico ilegal de películas que tantos millones de pérdidas dice la industria cinematográfica que le ocasiona si tienen la solución en sus manos?», cuestiona el frustrado inventor.

Y hay más. La de Sony no es la única patente relacionada, aunque sí la más parecida a la propuesta por Juan. Thomson, Kodak, Philips y Macrovision también tienen registrado y «actualmente en vigor y al corriente de pagos» un dispositivo similar. Los sistemas de Thomson y Kodak difieren del propuesto por Juan en que «se basan en la modificación de la película proyectada»; el de Philips, en que lo que se emiten son «rayos de luz de colores» y no solo infrarrojos; el de Macrovision, en que la luz infrarroja se proyecta «directamente sobre la cámara de vídeo con la que se pretende realizar la grabación ilegal», y el de Sony... El de Sony no tiene diferencia alguna porque «la luz es proyectada sobre la pantalla al mismo tiempo que la película». «No podemos dar información de este tipo», ha sido la breve respuesta obtenida por Sony sobre su patente US6827454.

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