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FRANCISCO CANTALAPIEDRA
Jueves, 5 de agosto 2010, 02:41
Cuando le pregunté ayer al gerente de los hosteleros cómo iban las cosas del sector, habló de tiritona para definir las consecuencias de la situación económica. Y es que, pese a que es frecuente oír que habrá crisis pero los bares están llenos, el acojone se nota en todas las actividades menos en las del Cobrador del Frac. Una vez más, las apariencias engañan, porque ni los bares se llenan como antes ni los que consumen lo hacen con el mismo desparpajo. Por eso, una parte del sector aguarda con ansiedad la llegada de las fiestas, con la esperanza de que la Virgen incite a tirar de monedero y se anime el cajón de las perras. A pesar de que el gerente escurrió el bulto cuando quise saber si ganan dinero con la Feria, me dejó entrever que, aunque no es para voltear las campanas, quien más quien menos encuentra dos euros y medio para echar un vaso y un pincho, sin que ninguno de ambos sea para casarse ni con el cocinero ni con el vinatero. Pero, en fin, por cada duro que entre en caja, una lágrima menos.
(Una persona que no leerá este reportaje es mi amiga María, que el año pasado se tomó antes de comer dos claretes solos y otro con gaseosa en las casetas, y en un control de alcoholemia frente al Clínico, 'perdió' 300 euros y cuatro puntos del carné. Desde entonces, ella también tirita cuando le hablan de la Feria de Día).
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