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Martina Morales, Natividad Redondo, María Ángeles Rivera, Pilar García de Castro, Carmen Sanz, Luis Paniagua y Milagros Correa, en la calle Villalón. :: ANTONIO QUINTERO
VALLADOLID

Banderas y leche frita para el santo

Los vecinos de la calle Villalón, la más antigua de San Pedro Regalado, adornan sus balcones y celebran una comida común para honrar al patrón del barrio

PPLL

Jueves, 13 de mayo 2010, 02:47

Carmen Sanz es una histórica del barrio. Llegó aquí, a San Pedro Regalado, en 1952, con la primera remesa de vecinos, con la promoción de viviendas que estrenó esta nueva zona residencial en el norte de la ciudad. Aquí sigue, en la calle Villalón, que se ha puesto guapa para vivir hoy su día grande, el del santo que da nombre al barrio. Carmen guarda en su casa, «bien dobladitos», los banderines que hoy cuelgan de balcón en balcón. «Los tenemos además puestos con número, para no equivocarnos y saber en qué argolla va cada uno de ellos», añade Carmen, quien llama a sus vecinas de puerta en puerta para ultimar los detalles de la fiesta que celebrarán esta tarde en su calle «de toda la vida».

También es la de Martina Morales, 56 años en el barrio y unos recuerdos nítidos del día en que llegó. «Aquí antes no había nada, fuimos de los primeros en venir y luego el barrio fue tirando para arriba con la llegada de más gente. El alquiler nos costaba 106 pesetas», rememora mientras echa un vistazo a los banderines que decoran su calle.

La hemeroteca de EL NORTE le pone letra a los recuerdos. El 20 de marzo de 1952 publicaba el periódico la noticia que reseñaba la entrega del primer grupo de 15 viviendas, ése al que Carmen se vino a vivir. Y para ese acto de inauguración, decía el periódico, las casas «con abundante aire y luz a ambos vientos» habían sido «engalanadas con colgaduras y en los balcones aparecían banderas y reposteros».

Banderines y adornos que hoy vuelven a vestir las fachadas. «Todo esto lo hacemos los vecinos», explican orgullosas Carmen y Martina. ¿Desde cuándo? «¡Uyyy madre! Empezamos tres vecinas: Elena, Helios y yo. Éramos muy jóvenes. Yo ni siquiera estaba casada... y ya llevo 51 años de matrimonio», revive Carmen.

Y a los banderines hay que sumar farolillos en las puertas de las casas y mantones de manila colgados de los balcones. «Los solemos poner el día 13, pero hay algunas vecinas que ya los colocan el 12 por la noche», explica Natividad Redondo, también 56 años de vida en el barrio. A las vecinas decoradoras se suma Pilar García de Castro, que enciende una sonrisa cuando recuerda que ella nació aquí, en esta misma calle que hoy es el cogollo de las fiestas del barrio.

Pero los residentes de la calle Villalón no sólo se limitan a decorar la vía, sino que además se organizan para celebrar una merienda en toda regla y en mitad de la calle, «hasta nos tenemos que levantar si viene algún coche», aclaran entre risas. «Aquí sacamos una moqueta, las mesas y las sillas y nos ponemos todos a merendar», explica Carmen. Un ejemplo de buena vecindad que se alimenta con la leche frita de Ana Mari, las rosquillas de Nines o un chocolate calentito que sirve para animar la sobremesa festiva del barrio.

Un barrio que vive hoy su jornada grande con un rastrillo solidario (este año el beneficio recaudado será para Haití) en el patio Natividad Álvarez Chacón, un chocolate con churros a las 10.30 horas y una verbena desde las 20.00 horas.

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